Raúl Flores Martínez.
Hace un par de días (30 julio) se conmemoró el día internacional contra la trata de personas, y muchos escriben sobre el tema ese día, cómo activista desde hace más de 15 años contra este flagelo, deje de escribir ese día, deje que aquellos que solamente conmemoran ese día lo haga; sin importar que los demás días del año, les importe muy poco.
Las cifras que se presentan en la actualidad son alarmantes, reflejan qué este delito poco a poco va creciendo, se estima que desde 2003 cerca de 225 mil personas en el mundo han sido o son víctimas de trata, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Este delito implica la privació de la libertad de las víctimas; en la mayoría de los casos la trata de personas tiene fines de explotación sexual, trabajo forzoso, servidumbre doméstica y mendicidad infantil. En algunos casos, la trata de personas también puede tener el objetivo de utilización de menores en actividades delictivas, adopción ilegal, matrimonio forzado, tráfico de órganos, tejidos y células de seres humanos vivos o experimentación ilícita biomédica.
Delito que el Cártel Jalisco Nueva Generación, Familia Michoacana, Golfo, Cártel del Noreste entre otros más a nivel local, se hayan montado en la trata de personas por los grande dividendos ilegales que dejan para estas organizaciones criminales que con esto compensan las perdidas que les dejan los aseguramientos por las Fuerzas Armadas en México.
De acuerdo con algunas cifras de la organización Comisión Unidos contra la Trata que encabeza Rosy Orozco coinciden con el informe de la CNDH que señala que en México 8 de cada 10 víctimas de este delito son mujeres y en casi 30 por ciento de los casos las víctimas eran menores de edad, algo que deja claro es que en los últimos cinco años se había seguido una tendencia creciente en el total de víctimas de trata de personas en México, que logró revertirse en 2023.
Durante 2023 se registró un total de 729 reportes de trata de personas, lo que representó una caída de 9.4 por ciento respecto del 2022, según las cifras del SESNSP; sin embargo, para el año en curso se tienen cifras disponibles hasta junio; en el primer semestre del año se contabilizan 305 casos.
Las cifras muestran también que la trata de mujeres y niñas ocurre con mayor frecuencia con fines de explotación sexual, servidumbre doméstica o matrimonio forzoso. Mientras que, para los hombres el trabajo forzoso y la explotación laboral agrícola son los más comunes.
En algunas entidades del interior del país, la mayoría de las víctimas de trata son mexicanas con cerca del 85 por ciento, mientras que el 15 por ciento restante son de nacionalidades extranjeras. En la mayoría de los casos son migrantes de sudamérica y centroamérica, principalmente en los llamados paraísos turísticos, cómo Cancún, Quintana Roo, Acapulco, Zihuatanejo, Guerrero, la Paz, Baja California Sur y Tijuana en Baja California, caso emblemático “Bar Adelitas”.
Este delito cada día que pasa va creciendo, son muy pocas las detenciones y pocas las sentencias contra estas organizaciones criminales que han visto en este delito un oasis de ganancias ilícitas con el dolor, lágrimas y muerte de cientos de jóvenes, mujeres, menores de edad y jóvenes hombres en el país.