Jorge Miguel Ramírez Pérez.
Los intelectuales y la masa en conjunto en México, han empezado a entusiasmarse con Kamala Harris para sustituir a Joe Biden desde su renuncia a la candidatura de los demócratas a la presidencia. En un principio, hablaban con la cuasi certeza de especialistas en la materia internacional, que debería ser la mujer de Obama, Michelle quien decían era la mejor opción con tal convicción, como si se tratara de una elección en nuestro país.
Y creo que no hay un solo columnista de cualquier medio que en estos días cuando le toque publicar se prodigará en alabar a la señora Harris, como si fuera la salida a los problemas de México incluso a la salud anímica de los mexicanos. Cada vez me sorprenden más mis compatriotas en lo globero que son, acelerados en temas que no conocen a fondo y sumergidos en ensoñaciones amorosas de una política estadounidense hija de padres extranjeros, un jamaiquino y una señora de la India, de la etnia tamil que habitan en una zona donde dominan las fuerzas del partido del “Amor propio”, así como lo oye.
En México lo que se conoce de Jamaica es muy poco aparte de que así nombramos nuestras sabrosas aguas coloradas por cierto muy sabrosas; el pueblo, si acaso, identifica la música de reggae jamaiquino, odas de los adoradores rastras a su dios: el hace tiempo fallecido emperador de Etiopía, Haile Selassie, que vino a México con López Mateos y por eso se llama una estación del metro Etiopia, donde el presidente pachangas y su anfitrión, inauguraron una glorieta con el nombre de ese país africano.
Habría que señalar que el denostado López de Santanna, en uno de sus episodios de vagancia y búsqueda de la gloria como todos los presidentes de México, que quieren ser reconocidos por los países del sur y del Caribe, hasta la fecha; con los recursos de su hacienda próspera de Manga de Clavo, quiso independizar la isla de Jamaica de los británicos, sin lograrlo, como todo lo que intentó en su vida. Así que en el imaginario de los kamalistas mexicanos no hay mucha tela para buscar identificaciones culturales con la ahora endiosada fémina Harris, como para buscar coincidencias en el pasado histórico.
En realidad es obvio que los mexicanos, que no se han preocupado por elevar la calidad de nuestros políticos y con más énfasis hoy que se tiene un cotorro de la peor ralea; no se percatan de las carencias de líderes responsables y que usen el cerebro ya no digamos para lo complicado- lo que es pedir imposibles- sino para lo elemental que desconocen; pero que tal, en la casa del vecino quieren componer lo que poco les incumbe y dejar aquí pendientes, que podría en todo caso, evitarse con gobiernos congruentes, atentos a lo que nos duele y lo que les duele a nuestros socios, en vez de andar de farol de la calle oscuridad de la casa, queriendo resolverle la vida a las masas hasta de Conchinchina que sueñan que vinieron a este mundo para que algún gobierno los mantenga.
Aparte de esa obviedad farolera, está la temerosa, la que les aterroriza del bocón de Donald Trump que trae todo el aparato para exhibir a los políticos mexicanos como lo que son y han sido, sujetos sin argumentos, ignorantes de las líneas políticas del poder americano, sin esquema de análisis que se contentan con esbozar lugares comunes y absurdamente pretender que la relación personal y unos tequilas resuelve lo de fondo. Aspiran los grillos mexicas que en su mayoría son whitesicans, a hacerse amigos de los güeros, confunden la relación. No son tus amigos, son simplemente tus socios y eso depende de que tanto se entiendan los intereses y no que tantas sonrisas y abrazos te prodiguen.
Y cuando critican a un funcionario como pasó, la élite de la burocracia azteca, respinga y se dice ofendida como nación; y esperan que toda la masa junto con los intelectuales de izquierda, o sea el 100%, se rasguen al unísono las vestiduras, sobre todos los xochilistas que no pierden oportunidad de justificar su adherencia de fondo con los que mangonean el presupuesto. “En esto, sí estamos con el presidente…” dicen. De risa loca.
Ocupados debían estar funcionarios y los poquísimos ciudadanos verdaderos que existen en nuestro amado país, en resolver lo que todos sabemos; y que es lo piden no solo Trump, sino todos los que antes estuvieron y Biden todavía simula que lo exige: frenar la migración que no es otra cosa que un traslado de esclavos modernos que además pagan al crimen coludido con autoridades y activistas, para trasponer ilegalmente las fronteras; metiendo de paso terroristas políticos y suicidas para golpear al socio . El otro asunto que tampoco hay voluntad de resolver es muy claro para todos: frenar el fentanilo, pero en serio.
En vez de especular quien es más gritón lo que se debería hacer es trabajar en lo que conviene y no seguir haciéndose tonto pateando el bote con los asuntos que afectan.
Porque si se trata de resolver la falta de compromiso apoyando a Kamala, entonces mi querido y distinguido lector, en México ya ganó Kamala, faltaba más.
Por supuesto que lejos está esta señora de encabezar la Casa Blanca y en el supuesto y remotísimo caso que así fuera, pediría lo mismo que Trump. O ¿no?