Ginebra.- El recurso a los trabajos forzados en Corea del Norte, del que son víctimas desde prisioneros a soldados o ciudadanos en el exterior, está “profundamente institucionalizado” en el país y en algunos casos roza la esclavitud, un crimen contra la humanidad.
Un informe de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos presentado el martes, elaborado mediante entrevistas efectuadas en la última década a 183 norcoreanos huidos del país y ahora residentes en Corea del Sur, ofrece detalles sobre esta explotación en el aislado régimen de los Kim.
EFE
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