Raúl Flores Martínez.
No es un secreto que la ingesta de alcohol y conducción de un vehículo es un arma mortal que puede dejar anualmente más de 16 mil personas muertas, más de 132 mil heridas de gravedad, cerca de 40 mil adquieren una discapacidad año tras año por siniestros de tránsito en nuestro país.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Salud Pública, el riesgo de muerte por colisión para peatones se multiplica por dos entre 30 y 40 km/h y por seis entre 30 y 50 km/h.
El 50 por ciento de las muertes de tránsito en los países de ingresos bajos y medianos se puede atribuir a exceso de velocidad, una reducción del 5 por ciento en la velocidad media puede reducir el número de muertes en un 20 por ciento.
Según el informe de la situación de seguridad vial en la Ciudad de México 34 por ciento de conductores de auto iban a exceso de velocidad y en el caso de las motos el 46 por ciento.
Es por eso por lo que es urgente el proceso de la armonización de la Ley de Movilidad de la Ciudad de México con la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial que está pendiente en la CDMX, que tiene más de un año y medio en que debía haberse completado.
Sobre la armonización se ha observado que en la última propuesta puesta sobre la mesa para discutirse no se está completando como debe de ser, hay temas cruciales que deben atenderse para la seguridad vial como lo son el control del exceso de velocidad y también el control de la alcoholemia al volante.
Cabe resaltar que por el impacto que tiene a nivel nacional la política pública de Ciudad de México es fundamental que estos temas se consideren en la ley, porque conducir un vehículo de motor bajo los efectos del alcohol incrementa el riesgo de choque y la severidad de las lesiones.
Se ha estimado que entre 5 y 35 por ciento de las víctimas del tránsito en el mundo, están relacionadas al alcohol y conducción. La evidencia en México señala qué de las colisiones de tránsito no fatales 5.9 por ciento son de adolescentes y 9.2 por ciento personas adultas.
La fracción atribuible poblacional de las defunciones de ocupantes de vehículos de motor debidas al alcohol y conducción es de 19.5 por ciento. Un estudio reciente en la Ciudad de México reclutó a lesionados por tránsito llegados a un hospital entre el 17 de enero y el 10 de abril del 2022 y se encontró que 1 de cada 3 había consumido alguna sustancia, la principal sustancia era el alcohol con 23.6 por ciento. Este mismo estudio encontró que el alcohol aumentó el riesgo de una lesión causada por el tránsito 6 veces en relación con las personas que no habían consumido alcohol.
Está más que comprobado que el alcohol es un factor de riesgo respecto a los accidentes de tránsito, por eso es necesario que se aumenten las sanciones administrativas para que sea ejemplo para quienes les gusta manejar en estado de ebriedad.