Por. Raúl Flores Martínez
Qué tan atrasado está el país en el tema de los bancos de ADN para comparar los restos humanos que se encuentran en las fosas comunes, en los tiraderos o ríos de aguas negras y que físicamente ya no son reconocibles.
El contacto directo que tengo con varios grupos de madres buscadoras en todo el país hace que me entere de lo mal que las tratan en las Fiscalías o Procuradurías, sobre todo, en el tema de los bancos de genética en los diversos estados del país, un tema que no les importa a muchas autoridades estatales.
Recientemente di a conocer la desaparición de Mireya Berenice Pérez Sánchez, quien salió de su hogar para ir a trabajar el pasado 25 de mayo, sin embargo, ya nunca regresará a su hogar.
Los medios de comunicación y las redes sociales hicieron el trabajo de la fiscal en Toluca, Karen Abigail Mercado Gómez, quien junto con los policías de investigación hacen su trabajo desde la comodidad de su oficina.
El cuerpo sin vida de Mireya Berenice fue localizado en una zona conocida como “Las Caguingas” en la localidad de “Los Pocitos” municipio de la Huacana, de donde fue trasladada a una fosa común en Apatzingán.
Los largos trámites de pruebas de ADN en la Fiscalía de Michoacán podrían dejar el cuerpo de Mireya Berenice algunos meses o años en una fosa común a pesar de que ya fue identificada por la familia.
Este tipo de ejemplos suceden todos los días en el país, es por ello lo urgente de la creación de bancos de ADN estatales y el Federal, que de acuerdo con las fuentes, se sigue construyendo, mientras las familias siguen buscando a sus seres amados, algunos en las fosas comunes.
Cuándo se tendrán equipos profesionales en las Fiscalías y en las comisiones de búsqueda de los estados, lo único que hacen es cobrar su dinero a costa del dolor de las cientos de familias que recorren kilómetros para buscar a sus familiares.
El caso de Mireya Berenice Pérez Sánchez es solo un ejemplo de la inoperancia de las autoridades que trabajan de manera arcaica para investigar y entregan los cuerpos de las personas que han sido localizadas sin vida; es momento que se inicie un nuevo programa de recolección de ADN a nivel nacional a través de los diversos hospitales públicos y privados que tengan todo el resguardo de ley.
Una petición o solicitud que se irá directamente al bote de basura, porque sabemos que todos los datos personales se venden a mejor postor en este país; sino me cree pregúnteles a las empresas telefónicas que les marcan para venderles tales productos o paquetes, así de sencillo.