Rubén Cortés.
El gobierno de Primero los Pobres deja un grupo de nuevos ricos, surgidos del control del Presupuesto y, con ello, los cargos en los tres poderes y tres niveles de gobierno: los Alcalde Luján, los Taddei, los Batres, los Godoy, los Oropeza, los Sandoval Ackerman…
Claro que, lo que este grupo en el poder llama “el movimiento”, ya traía millonarios: a Olga Sánchez Cordero, Jaime Bonilla, Alfonso Romo o Carlos Lomelí. Pero ellos ya tenían lana. El asunto con los nuevos es que no tenían donde ni donde amarrar la chiva.
El caso más reciente está en el gabinete que gobernará en Tabasco, donde el secretario de Gobierno será José Ramiro López Obrador, hermano del presidente; y el secretario de Finanzas será Julián Romero Oropeza, hermano del director de Pemex.
De hecho, los Romero Oropeza son de los nuevos ricos, porque además de ese integrante manejando el dinero en Tabasco, tienen 11 miembros más como funcionarios de Pemex, cobrando 11.3 millones anuales; y otros en Salud y en el DIF nacional.
Aunque hay diferencias entre los ricos de gobiernos anteriores y los de la 4T: los anteriores hacían lana comprando, vendiendo al modo de vida capitalista y pagando salarios; los de la 4T se enriquecen sentados en una silla, cobrando del Presupuesto, sin arriesgar.
Hay hasta seis Alcalde Luján, seis Taddei, cuatro Batres y cuatro Godoy incrustados en secretarías de Estado, empresas paraestatales, organismos y servicios públicos, con el argumento de que sus perfiles les son necesarios al gobierno para funcionar.
Seguramente, en algunos casos, es cierto que sus perfiles van con las necesidades del gobierno para funcionar. El problema es que sus nombramientos van en contra de los preceptos ordenados por presidente a los funcionarios de su gobierno:
“Me dirijo a ustedes con la instrucción clara y precisa de no permitir en la Cuarta Transformación, bajo ninguna circunstancia, la corrupción, el influyentismo, el amiguismo, el nepotismo y ninguna de esas lacras de la política del antiguo régimen”.
El referente más cercano a lo que sucede en el actual régimen, con familiares mamando varo del Presupuesto, está contradictoriamente, en el gobierno que más ataca por corrupto y nepotista el actual presidente: el de Carlos Salinas.
El presidente Salinas designó a su Raúl Salinas de Gortari como director del Sistema de Distribuidoras Conasupo, conocido como Mr. Ten Percent, por la cantidad de moche que cobraba a los empresarios, a cambio de darles negocios con el gobierno.
En la política mexicana, este tipo de crecimiento patrimonial, al amparo del presupuesto del gobierno, se conoce popularmente con la frase de “La Revolución me hizo justicia”, que es atribuida al general Álvaro Obregón.
Y, sí: la Revolución les hizo justicia.
O la Transformación.
