La legislatura más reciente del Senado mexicano terminó sus labores ordinarias sin emitir convocatoria para el nombramiento de los comisionados faltantes para que el instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales pudiera operar y responder a las peticiones de transparencia de los diversos órganos federales y estatales.
Víctimas de tragedias como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa o las desapariciones forzadas de la guerra sucia han señalado que hay información a la que no pueden acceder.
La información de obras emblema de este gobierno como la refinería Olmeca, el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en las que se dieron contratos de millones de pesos a empresas de reciente creación y ligadas a personas cercanas al gobierno, fue reservada o clasificada.
A pesar de esto, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, decidió celebrar la libertad de Julian Assange, y presumió haberse sumado a la campaña para su liberación.
¿El buen presidente por su casa empieza o con él no aplica?