Por. Rubén Cortés
México ocupó el primer lugar mundial en la encuesta del Pew Research Center sobre países que prefieren ser gobernados por alguien que tome decisiones sin interferencias del Congreso o el Poder Judicial. Entre 24 países, México es el que más quiere una autocracia.
Quiere decir que quienes rondan en este momento los veinte, van a tener hasta los cuarenta o cincuenta, un gobierno encabezado por alguien que tome decisiones sin interferencias del Congreso o el Poder Judicial. Si se quiere imaginar: ahí está Venezuela.
O, más bien, a Rusia, que es donde empezó con éxito este nuevo formato de gobierno, con Vladimir Putin como gobernante poderoso: Estado autoritario, prisión preventiva, partido hegemónico, oligarquía empresarial, Ejército fuerte, prensa controlada.
La encuesta de Pew Research Center es irrebatible: México es donde más creció en el planeta el apoyo a la idea “un líder fuerte pueda tomar decisiones sin interferencia del Parlamento o las cortes”: en 2017 la preferencia era del 27 por ciento; hoy es del 50 por ciento.
El presidente saliente lo entendió bien, con la aprobación de la prisión preventiva, eliminación de la presunción de inocencia, tiro de gracia a la Corte, militarización de la Guardia Nacional, los militares al frente de medio centenar de sectores civiles.
Además: negociaciones durísimas con los gobernadores de oposición para que cedieran el gobierno a Morena por las buenas: una embajada o un consulado; o por las malas: una investigación que lleva prisión preventiva.
También, la creación de una oligarquía de contados empresarios que reciben sin licitación pública: Carlos Slim, Germán Larrea, Miguel Rincón, Daniel Chávez y Carlos Hank. Igual que Putin con Roman Abramovich, Alisher Usmanov, Pyotr Aven y Mikhail Fridman.
Aquí, a los oligarcas les fue mejor que nunca en la 4T: según el ranking de Bloomberg, los Slim, Larrea, Rincón, Chávez y Hank se volvieron son más ricos que nunca y su riqueza se duplicó, en comparación con el resto de los empresarios latinoamericanos del escalafón.
Morena es un símil de Rusia Unida, el partido de Putin: un instrumento político constituido exclusivamente para conservar el poder hegemónico, sin ideología de izquierda o derecha, conservador, nacionalista, estatista y, sobre todo, putinista.
Además, 26 integrantes de seis familias cercanas a Morena ocupan cargos en los tres poderes y los tres niveles de gobierno: y seis de ellos son de los Alcalde Luján, seis de los Taddei, cuatro de los Batres Guadarrama y cuatro de los Godoy Ramos.
Pero es eso lo que quiere la mayoría de los mexicanos de este momento histórico: lo demostró el voto de 36 millones por la candidata de Morena en las elecciones presidenciales del pasado 2 de junio. El pueblo manda. El Pueblo sabe.
Así es esto del abarrote.