Raúl Flores Martínez.
Ante la solicitud y exigencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador y ahora de la virtual Presidenta electa Claudia Sheinbaum para reformar el Poder Judicial, se han dejado escuchar muchas voces en contra de los jueces y ministros, esas voces que están directamente ligadas a un proceso legal que no es parejo.
Hace un par de días madres y familiares de víctimas de feminicidio, exigieron al Consejo de la Judicatura Federal que deje de conceder amparos a los feminicidas que utilizan este beneficio para alcanzar su libertad.
Con pancartas y lonas donde se dan a conocer los rostros de los hombres que le arrebataron la vida a sus novios o esposas y el nombre de los jueces qué dejaran en libertad a los homicidas.
Durante la protesta que se realizó frente a las instalaciones del edificio sede San Lázaro del CJF Sandra Soto hermana de Serymar Soto Azúa, denunció que el Tribunal Colegiado Penal del Octavo Circuito de Torreón, Coahuila le concederá un amparo para que salga libre Jorge Alejandro Ugarte homicida de su hermana.
La madrugada del 28 de enero de 2017, Jorge Alejandro, insultó, hostigó y la atropelló, después de una discusión. Serymar fue embestida por un vehículo que circulaba a una velocidad aproximada de entre 130 a 160 kilómetros por hora –según un peritaje–. Su cuerpo fue proyectado 100 metros hacía la cinta asfáltica.
Soto Azúa, destacó que es perverso e indignante que las autoridades judiciales, estén concediendo amparos a los asesinos a quienes se les ha comprobado su culpabilidad.
Por su parte, María del Rocío del Carmen Limón Maldonado madre de Paulina Camargo, asesinada por su novio José María Sosa Álvarez el 25 de agosto de 2015, aseguró que a pesar de que el feminicida está en prisión, puede salir libre dado que su defensa ha interpuesto una serie de amparos.
El 25 de agosto de 2015, Paulina Camargo una joven de 19 años con 18 semanas de embarazo desapareció, su búsqueda se intensificó y las únicas pistas en su momento es que había abordó un taxi. De acuerdo con las indagatorias, el día en que desapareció había acordado reunirse con su novio José María “N”, en el centro comercial Plaza del Sol en la colonia San Manuel.
Han pasado nueve años de estos hechos, y ahora la defensa del inculpado está buscando que un juez le conceda un amparo para que deje la prisión al no demostrarse hasta el momento la culpabilidad, de acuerdo con su abogado.
Esto es lo que están sufriendo madres y familiares de víctimas de feminicidio que caminan el tortuoso y largo pasillo de la justicia en México, esa justicia que ante las decisiones buenas o malas a favor de los delincuentes, se busca que se cambie la forma de ofrecer la justicia en el país.
