Raúl Flores Martínez.
Resulta que los funcionarios de la Fiscalía de la ciudad de México son de cristal, son muy sensibles que no les gusta que les restringen sus verdades en la cara, unas verdades de su falta de profesionalismo.
Ayer un ministerio público, solicitó que elementos de la Policía Bancaria detuvieran al periodista Humberto Padget por agresiones verbales al exigirle a la funcionaria godín el expediente sobre las amenazas que le hicieron varios narcomenudistas.
Esa es la manera en que actúan algunos funcionarios de la Fiscalía, funcionarios sensibles que no les gusta que les reclamen la filtración de los datos personales a los criminales a los narcomenudistas de la Unión Tepito.
Tengo algunas denuncias de narcomenudeo que le haré llegar al ministerio público que mandó a detener a Humberto Padget para ver si con la misma celeridad, solicita la detención de los narcomenudistas de la colonia Tacuba, veremos si es tan eficiente este ministerio público sensible.
Hasta dónde podemos ejercer el periodismo de investigación, hasta dónde podemos confiar en las autoridades que están involucradas con el crimen organizado o los delincuentes locales, qué confianza les podemos detener.
Aquí no importa si uno es periodista o no, es por más que sabido que los ministerios públicos por una lana dan los datos que supuestamente son resguardado, si uno puede obtener los datos de las personas denunciantes en las fiscalías, cómo dicen los abogados “todo con el poder de unos pesitos”.
Así es pesitos porqué su capacidad y profesionalismo no les da para pensar en miles de pesos, sino en solo pesitos, dicen popularmente son robamonederos que al final se hacen los dignos cuando se ven exhibidos en su mal trabajo.
Esto solo es el reflejo del mal trabajo que realizan los funcionarios godínez, quienes no tienen las herramientas de trabajar en la iniciativa privada y no les queda otra que ser parte de la burocracia rapaz, de la burocracia de la extorsión, de la burocracia de la corrupción.
Qué confianza pueden tener las víctimas de los delincuentes para dar sus datos personales, que en cuestión de horas los tienen los delincuentes. Esa es la parte de la creciente cifra negra y de la no denuncia de los ciudadanos.
Es una lástima que algunos buenos funcionarios, terminen llenos de excremento por aquellos funcionarios sensibles que no soportan que les digan en su cara el mal trabajo que hacen y sus altos índices de corrupción.
