Héctor Moctezuma de León.
La reforma judicial presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y secundada por la virtual presidenta Claudia Sheinbaum, esconde trampas y venganzas, de quien en estos más de cinco años y medio, ha sufrido serios reveses de parte del poder judicial.
La reforma es tramposa porque se nos quiere hacer creer que con la elección de los miembros del poder judicial se acabará la corrupción, es decir, que por el sólo hecho de que los ciudadanos vayan a las urnas para elegir a jueces y magistrados habrá una mejor justicia.
La historia nos ha enseñado que los puestos de elección popular, en la mayoría de los casos son ocupados por personas que prometen servir al pueblo y terminan sirviendo a sí mismos. Falso que por ser electos por el voto sellan un compromiso con los ciudadanos que acudieron a las urnas.
Falsos son los foros para conocer los comentarios de los expertos, la sociedad civil y algunos sectores sociales, la experiencia nos ha demostrado que son simulaciones y que al final lo que se opine en ellos se lo pasan por el arco del triunfo.
Hay un tufo de venganza por hechos como el rechazo a la reforma eléctrica del presidente, que los ministros la echaron para atrás al aprobar las controversias constitucionales presentadas por la oposición en el congreso.
Venganza porque en la Suprema Corte de Justicia de la Nación no aprobaron los planes A y B con los que López Obrador quería desaparecer a la mayoría de los organismos autónomos y dejar al INE como una entelequia al servicio del poder ejecutivo.
Venganza porque los ministros rechazaron la pretensión del presidente de alagar por dos años más la presidencia de su ministro preferido, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y en su lugar nombraron como presidenta de la Suprema Corte de Justicia a la ministra Norma Piña que lejos de apegarse a los caprichos de Palacio Nacional lo ha enfrentado.
Y Que no les extrañe que el presidente proponga como ministros a dos personajes considerados como adversarios de su gobierno, un plan con maña para justificar la pluralidad en la SCJN, pero con dos ajenos, no se garantiza la autonomía del Poder Judicial, serían avasallados con la mayoría de morenistas que seguramente llegarán a la Corte.
Recientemente en las redes sociales se publicó que el presidente proponía a los juristas Diego Valadez, quien ya fue ministro de la SCN y del abogado veracruzano, Ignacio Morales Lechuga como integrantes de la nueva Suprema Corte, dos personajes que nadie podrá decir que son afines al tabasqueño.
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Valiente reto lanzó en un video a los delincuentes que cobran derecho de piso en esa demarcación. La virtual alcaldesa en Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, advirtió: “nosotros no vamos a sostener negocios mediante la extorsión y la ilegalidad, eso se acabó. Si por algún motivo están hablando contigo y te están presionando, forzando o amenazando, denuncialos porque yo jamás voy a tolerar esa situación” Y se compromete a mantener una relación directa a través de sus redes y sus teléfonos.Dificil reto… Lía Limón, alcaldesa en Álvaro Obregón quien aspiraba a la reelección y resultó derrotada, advirtió que impugnará la elección porque hubo muchas irregularidades que favorecieron al candidato de Morena, Javier López Casarín, un personaje muy cercano, pero muy cercano a Marcelo Ebrard. Por cierto el ex canciller celebró jubiloso el triunfo de su pupilo.
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