Raúl Flores Martínez.
Cuál es el criterio o los criterios que deben de tener las religiones que se procesan para no caer en un delito que ponga en riesgo a sus seguidores, le preguntó porque me han llegado algunas denuncias por dos situaciones que tienen que ver con ritos esotéricos. El sacrificio de animales y el robo de osamentas de los panteones para los ritos esotéricos, y lo menciono así, estéricos para no dañar susceptibilidades va incrementándose a un grado, donde los muertos ya no descansan.
En esta ocasión me enfocaré en el robo de osamentas que es un gran negocio invisible para las autoridades, e incluso para los familiares de algunos difuntos que no saben que les han robado alguna parte de su esqueleto.
En el país se tienen 3 mil 953 cementerios de los cuales, 118 se ubican en la ciudad de México, la mayoría tienen problemas comunes cómo sobresaturación después de la pandemia de Covid 19, rituales esotéricos y robo de osamentas.
En algunos diversos panteones de la ciudad de México, en algunos casos observó osamentas a flor de tierra qué en muchos casos los perros son quienes terminan regándose en los cementerios.
El robo de osamenta es un delito frecuente en la ciudad de México que traspasó las barreras a los municipios vecinos, un delito fomentado para rituales esotéricos o escuelas de medicina o forenses.
Del periodo del primero de enero de 2018 al 19 de junio de 2024, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha registrado 114 carpetas de investigación por dicho delito que ha dejado solo del 2023 a la fecha seis personas en prisión por el delito de profanación de tumba.
Detenciones que han inhibido temporalmente el saqueo de tumbas en algunos panteones de la ciudad de México, principalmente en la alcaldía Iztapalapa; sin embargo, en los panteones municipales de la zona conurbada, ahí se está dando el negocio que deja ganancias que oscilan entre los 5 mil a los 80 mil pesos.
Estas ganancias son por un solo cuerpo o pieza del difunto, una pieza para la que se tienen que mover tres personas. El trabajador del panteón que informa donde se pueden localizar determinados cuerpos, el que desentierra el cuerpo o la osamenta y quien la vende.
Algunas veces de una sola osamenta se pueden comercializar varias de sus piezas, dependiendo de cuál sea solicitada por aquel o aquellos que van a realizar el rito esotérico.