Rubén Cortés.
El domingo, Estados Unidos arrestó a ocho terroristas del ISIS que ingresaron por nuestra frontera. En el primer sexenio de la 4T, Estados Unidos arrestó a 368 terroristas procedentes de México. Y, tras la elección de Sheinbaum, la Casa Blanca avisó que blindará la frontera.
Dos días después del triunfo de la sucesora, Estados Unidos anunció que desplegará más policías, armas, equipo tecnológico, cámaras y radares en su frontera sur, más el cierre de las garitas por una semana, si en un día se rebasa el número de dos mil 500 cruces ilegales.
Estas medidas de sana distancia inician el blindaje hacia un vecino con el que Estados Unidos tiene ya menos coincidencias: México defiende la ocupación de Ucrania, que es el tema central de la geopolítica estadounidense para frenar la expansión neocomunista de Putin en Europa.
Y el inminente cambio de sistema político en México erosionará definitivamente el comercio con Estados Unidos, porque el nuevo sistema mexicano es automáticamente violatorio en derechos jurídicos, humanos, laborales, ambientales, de obligatorio cumplimiento en el TLC.
En las cuentas del presidente y la sucesora, este giro al bloque ruso en el mundo y al Eje La Habana-Caracas en la región, es compatible con sacar millón y medio de dólares por minuto comerciando con el enemigo de Rusia y del Eje La Habana-Caracas. Pero no: eso no se puede, compañeros.
Porque todo el Plan C viola el debido proceso y la separación de poderes que exigen los convenios de los que vive la economía mexicana: TLC, Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, Tratado con la Unión Europea…
De esta integración económica a los países ricos, es que salen los 11 mil pesos bimestrales por familia que dieron el triunfo electoral al PLAC el 2 de junio. No, no salen de los impuestos, pues sólo cuatro de cada 10 pagamos impuestos, lo que representa apenas el 16.9 por ciento del PIB.
La próxima revisión de todos esos tratados los hará incompatibles con el México de la presidenta Sheinbaum: sin división de poderes, concentración del mando en el Ejecutivo, sin órganos regulares y la letra la Constitución escrita con saliva de cotorra.
Contra ese nuevo México, Estados Unidos anunció, el 4 de este mes, que cerrará la frontera, cuando los migrantes irregulares rebasen los dos mil 500 diarios, y los deportará a México, en cumplimiento de los acuerdos del actual presidente mexicano con Donald Trump en 2019.
Es un golpe a México, porque aún con los famosos 11 mil pesos bimestrales a 27 millones de mexicanos, la migración ilegal de mexicanos se disparó durante el gobierno que regala esos 11 mil pesos. Curioso, porque se fue medio millón más que en el gobierno pasado.
Muy complicado.
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