Raúl Flores Martínez.
Resulta que el líder del Sindicato del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), Rafael Riva Palacio Pontones es muy propio para proteger las instalaciones de este organismo arrancando los pendones en razón de la conmemoración del orgullo LGBTTTIQ+.
Quizá este líder arcaico no se ha dado cuenta que los tiempos han cambiado, qué ya debe de respetarse cualquier tipo de tendencia sexual, ya es tiempo de que el respeto rebase la ignorancia cultural que por siglos estuvo presente en este país, ya es hora de qué se dé cuenta.
Resulta que este lidercillo sindical de la época del viejo y añojo PRI, a través de un comunicado ofensivo para la inteligencia humana, señala que el “patrimonio del INFORNAVIT, deben de protegerse y los trabajadores deben de cuidarlo y protegerlo.
La pregunta es ¿Los pendones que colgaban sobre la fachada del INFONAVIT, qué daño le pueden hacer a sus estructuras? Ninguna, más daño hace la mentalidad cerrada de este líder que no rebuzna porque Dios es muy grande.
Ahora a través de un comunicado, qué hizo el área de prensa del sindicato y no Rafael Riva Palacio, tratando de disculparse con las palabras “lamento profundamente el haber lastimado la sensibilidad de quienes se sintieron ofendidos sin haber sido este el propósito de mis acciones”.
Una disculpa que lo único que hizo fue encender los ánimos de la comunidad LGBTTTIQ+ quienes llegaron a las instalaciones del INFONAVIT para vandalizarlas sin que interviniera una autoridad o en su defecto sin que el líder sindical estuviera ahí para calmar los ánimos.
Es necesario que este tipo de líderes tengan empatía con toda la comunidad; es necesario que se dé cuenta que sus tiempos de las cavernas ya quedó atrás, sobre todo es necesario que Rafael Riva Palacio Pontones, tomé algunos cursos de nuevas masculinidades para evitar decir tantas tonterías cuando habla.
También sería bueno que siendo o que es, tuviera un equipo que le recomendará no abrir la boca, qué le recomendará que algunas veces es mejor simpatizar con los demás, por qué no se sabe, que quizá dentro de su gremio, también hay integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+ o de alguna religión a quiénes pueden hacerle pasar malos ratos.
