Por. Ah-Muán Iruegas
Las madres buscadoras han sido despreciadas por el gobierno de la Ciudad de México, encabezados por el izquierdista Martí Batres.
La señora Cecilia Flores, una de las principales Madres Buscadoras de Sonora, cuyo hijo fue asesinado y a quien busca hace años, ha reportado en dos ocasiones que ha encontrado restos humanos sepultados ilegalmente en la Ciudad de México.
Ella descubrió un cementerio clandestino, con restos humanos, en los límites de las delegaciones Tláhuac e Iztapalapa, de la capital azteca.
Con la mayor desfachatez, el gobierno capitalino fue a ese lugar y dijo que lo que había eran restos caninos.
Es incomprensible cómo el gobierno tuvo el descaro de negar el esfuerzo de las madres de México por buscar a sus hijos.
No es creíble la versión gubernamental de que, donde se reportaron restos humanos, solo hayan aparecido restos de perros.
No lo es, debido a que ningún ser racional va a dedicar un minuto a la edificación de un crematorio de perros. Nadie normal, si por normal entendemos “común”, va a tomarse el trabajo de llevar sus cuerpos a un lugar alejado y cremarlos.
Pues desafortunadamente, los cuerpos de los canes se observan diariamente tirados por muchas calles de la CDMX, y nunca nadie se da a la tarea de darles “cristiana sepultura” -ni mucho menos a cremarlos. Pues eso requiere esfuerzo y tal vez algún dinero.
No tiene sentido que alguien le brinde a un ejército de perritos fallecidos, esfuerzos para cremarlos.
Lo que sí tiene sentido, es que el gobierno trate de encubrir la existencia de fosas clandestinas en la Ciudad de México.
El gobierno de CDMX, entierra las huellas de su propia incompetencia.
Esconde cadáveres humanos, para que la población no tenga pruebas de la incompetencia del gobierno capitalino.
El gobierno envió a sus agentes, supuestamente a “investigar” los restos encontrados. Pero en lugar de hacerlo, en menos de una hora negaron el carácter humano de los mismos, diciendo son de ”carácter perruno”.
La revisión de los restos, toma varias semanas. Sin embargo, por meros intereses políticos, las autoridades del gobierno de CDMX, por primera vez en la historia fueron eficientes… para encubrir la existencia de restos humanos clandestinos.
Otro dato que revela el interés político por encubrir la realidad, es que el gobierno envió a sus guardias para cuidar… ¡un cementerio de perros¡
¿Un cementerio de perros?
¿Por qué el gobierno de izquierda de CDMX trata con tanto cuidado un cementerio de perros?
¿Son perros influyentes? ¿Son perros de izquierda?
No. Simplemente, no son perros.
Son cadáveres.
El gobierno de la CDMX envió a su grupo de guardaespaldas, pero no para cuidar los restos mortuorios caninos, que dijo haber descubierto.
El gobierno de la capital, simplemente quiere esconder o deshacerse de los restos humanos que aparecen, porque no quiere que la población sepa que hay fosas clandestinas y crematorios ilegales de seres humanos.
No quiere que se sepa, para cuidar su imagen.
Imagen que no podría ser peor, que la de “alguien que esconde a los muertos”.
El viernes pasado, la señora Flores ha descubierto nuevos restos humanos en la Ciudad de México.
Esta vez, sin embargo, tuvo el buen tino de mostrar a la ciudadanía un cráneo humano en la nueva fosa clandestina que descubrió en la Ciudad de México.
Por lo cual, el gobierno de CDMX no tuvo mas remedio que decir que va a abrir una investigación al respecto.
Investigación que el gobierno pronto va a encubrir, para que lo olvide la opinión pública.
Pero el propio hecho de que el gobierno haya abierto una investigación, prueba sin lugar a dudas un hecho: que EXISTEN FOSAS CLANDESTINAS EN LA CIUDAD DE MÉXICO.
En esto, el gobierno capitalino simplemente sigue los pasos de su guía: el gobierno federal.
El sexenio del presidente AMLO y el gobierno federal mexicano, le han dado a México, con su incompetencia e ineptitud, la escandalosa cifra de 180 mil muertos.
No pueden evadir su responsabilidad. No hay manera de justificar la existencia de tanta gente muerta.
Como es inaceptable tal número de muertos, el gobierno ha optado por esconderlos, por desaparecer a los desaparecidos. Por esconder a los cadáveres.