Jorge Miguel Ramírez Pérez.
“La democracia es imposible sin una pasión democrática,
pasión por la libertad de cada uno y de todos,
pasión por los asuntos comunes que se convierten,
precisamente, en asuntos personales de cada uno.
Se está muy lejos de ello”
Cornelius Castoriadis
El regalo de la democracia tuvo dos orígenes en México: el desgaste del autoritarismo priísta y la expansión de la franquicia internacional. En lo primero, los Barbaros del Norte tuvieron que ver, y en lo segundo lo más bárbaros de más al Norte, decidieron su imposición. Solo que los empresarios que tomaron el papel de insurgentes domésticos de la democracia eran del perfil y cultura que expresa Ugo Codevilla: “los autoritarios no pueden imaginar ser democráticos”; y los de la potencia, por su parte, jamás se han desligado de la premisa madre de las relaciones con México, que expresó el Secretario de Estado de Woodrow Wilson, Robert Lansing el 5 de febrero de 1920: “México es un país extremadamente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente…”
Por esas dos condicionantes el modelo democrático no prospera. Está mal planteado y aparte, los que pudieran impulsarlo no tienen idea de cómo, porque para ellos, es un animal ajeno, del que no tienen noticias más allá de lo obviamente superficial. Y en su reduccionismo, se entregan a una o un sujeto, esperando mágicamente, se haga el milagro.
Luego todo se agrava con un presidencialismo empobrecedor manufacturado por las potencias que llevan 114 años intentando construirlo eficazmente sin materia prima, incluso antes, desde que Panchito Madero, publicara las alucinaciones que Benito Juárez, le dictaba para el libro de la “Sucesión Presidencial”.
Por tal motivo, las cosas no avanzan, hasta que existan políticos que entiendan la democracia y la tomen con seriedad y se tomen tiempo de a de veras para entender sus raíces y sus ramificaciones, sin mitos; y los intelectuales y comentólogos abandonen sus esquemas de primaria pública. Lo que es imposible, porque son criaturas del texto gratuito y carecen de la pasión democrática arriba anotada, la que hablaba Castoriadis en “Ciudadanos Sin Brújula”.
Deben abandonar las fantasías y comprometerse con la libertad…. Algo imposible, ¿verdad?
Entonces siguiendo con el modelo híper agotado de los autoritarios y presidencialistas, que es en el que existen, y que suponen es de índole democrático, aunque no lo es; me permito ver tres escenarios obvios:
Se desenvuelve la elección de estado, solo que, con un estado como institución sin monopolio de la fuerza, porque el mando actual tiene o debe tener de acuerdo a las evidencias, dos fuerzas: la militar y las milicias privadas del crimen, alimentadas, además, por la enorme deserción en las fuerzas armadas del estado. Esa dicotomía genera un poder personal que se ha convertido como nunca antes, en el instrumento que determina la instauración del país de un solo capricho.
La diferencia sustancial con el priísmo autoritario radica en dos hechos cualitativos que no se presentan en este 2024: el país estaba estructurado por instituciones a pesar de que muchas obedecían a funciones reales distintas en lo formal, éstas existían. Y dos, el priísmo era un grupo estamental disciplinado y regido por el presidente, pero con capacidades políticas en ámbitos delimitados. El poder del gobierno en cambio, ahora, es unipersonal y excluye totalmente ninguna influencia del gabinete. El esquema institucional está en demolición, y como un signo particular de autoritarismo totalitario, se pretende un andamiaje jurídico sin equilibrio que estabilice el orden del totalitarismo, so pena de la aplicación terrorista en cinco dimensiones: terrorismo militar, terrorismo criminal, terrorismo a la libertad de expresión, terrorismo a la disidencia; y terrorismo fiscal.
En este escenario se impulsa la sovietización mediante el modelo plebiscitario para derrumbar el aparato representativo. Aniquilar de facto el status republicano del parlamento. Y de ese modo, hacer surgir asambleas sustitutivas bajo enunciados de consigna para a la vez, volcar el poder municipal retirándole recursos para otorgarlos a los comités de base o de masas.
La oposición es aislada y el pretexto mediático es que los opositores de la Coalición, juntos o separados al haber enfilado acusaciones incompletas contra el aparato unipersonal, no pueden hacer el papel de una leal “oposición” y pierden interlocución. Las alternativas se reducen al MC y a los desprendimientos paulatinos de la Coalición que rompan o debiliten su origen partidista. Lo de la excandidata Alejandra del Moral, es una muestra de esta forma de operar aislando opositores.
La lucha rápidamente se va a centrar antes del término de la salida de Obrador, en imponer la estrategia para erigir una asamblea constituyente orientada a la desaparición de la diferenciación de poderes. Es decir, darle un golpe letal al lento proceso de modernización nacional que arrancó desde los ochentas.
Hay que recordar que así como el espacio natural de la democracia es la descentralización y de la tiranía es la concentración; en términos análogos la modernización es diferenciación estructural de las instituciones políticas y lo contrario es indiferenciación incluso de funciones y competencias; baste recordar que Ebrard era canciller y jefe de migración al mismo tiempo; otros, han sido de aduanas sin relación política con Hacienda; o lo que sucede con las fuerzas armadas que hoy son un híbrido desintitucionalizador, donde confluyen estatutos en crisis: dependen de la Defensa, pero cumplen funciones recaudatorias, y otras ajenas a su nomenclatura constitucional.
Todo este caos es propio de la forma de poder unilateral carente de sentido de gobierno, pero es indudable que forma parte de un plan minucioso de recrear a partir de la confusión orgánica, los prolegómenos para derrumbar el orden político y despojar a la administración pública de racionalidad institucional, mientras la oposición no alcanza a dimensionar el daño vertebral a la República.
Si llegase ganar la Coalición es muy poco probable que tenga peso suficiente en el Congreso. Se van a intensificar en tanto se entrega el poder, huelgas, crisis hídricas y energéticas y presión de los gobernadores y de las fuerzas armadas. El equipo de la Coalición va a dividirse, no solo partidistamente, sino por las cámaras, donde las estrategias seguramente no van a coincidir con la estrategia del poder ejecutivo. De hecho, no tienen nada los del posible gobierno, no creen en un triunfo; solamente esbozan generalidades, sin la comprensión general y sin los mecanismos para tal efecto. Van a necesitar la figura de interlocución con opositores; lo que le da beligerancia al MC para armar bisagras parlamentarias.
Finalmente, la posibilidad aparentemente más remota es el triunfo del MC, sería la que permitiría una reconstrucción menos abrupta de las otras dos; pero, como señalo, es un invitado inesperado lo que constituiría una alternativa indiscutiblemente menos violenta. Las buenas noticias están del lado de los números menos apostados y donde hay apuestas, huele suficientemente a mayor confrontación.