Isaías Villa González*.
Nos hallamos a dos semanas de las elecciones más reñidas de nuestra historia. Más allá de debates y de encuestas existe un tema de fondo: en estos comicios se decide la permanencia o el colapso de una nación plural y republicana llamada México.
Y es que todos lo sabemos: con el régimen de López Obrador, nuestra democracia ha sido menoscabada. Apelando al “pueblo”, el actual régimen ha impuesto los dictados autoritarios de quien, en vez de actuar como jefe de estado y presidente de todos los mexicanos, se la ha pasado polarizando, inventando enemigos para justificar su incapacidad y mantener cautivos a sus fieles, y expresando un permanente ánimo de venganza.
A punto de acabar este sexenio, el saldo negativo del mismo es más que claro: obras faraónicas costosísimas e ineficientes; inacción del gobierno ante el crimen organizado, cercana a la complicidad; ineficacia fatal de las instituciones de salud pública; utilización de los programas sociales para coaccionar la voluntad popular; corrupción atroz que comienza con la familia presidencial; boicot permanente a las instituciones republicanas; acoso voraz a la prensa libre, brutal crisis migratoria, insuficiencia hídrica, apagones masivos, etc.
En resumen: este gobierno ha sido un completo y evidente fracaso.
Y, además, el gobierno de AMLO funcionando como dictadura corporativa, ha emprendido una elección de Estado, utilizando todos los recursos públicos: gobiernos, programas, personal, infraestructura. El propio presidente desde sus mañaneras no se cansa de impulsar las candidaturas oficialistas y de denostar a la oposición.
Por ello, a dos semanas de las elecciones, no sólo debemos refrendar nuestro compromiso con la democracia republicana, la economía mixta, el pluralismo político-social y la división de poderes de nuestra nación.
Es momento de fomentar una alta participación de la ciudadanía; y sobre todo de impulsar las declinaciones y el voto útil para recuperar y renovar nuestro régimen republicano.
Si no se imponen los intereses aviesos, resulta evidente que Jorge Álvarez Máynez debe declinar por Xóchitl Gálvez y Salomón Chestorivski debe hacerlo por Santiago Taboada. Éste sería el mínimo gesto de congruencia republicana por parte de Movimiento Ciudadano a la causa democrática de México: MC debe quitarse el estigma de ser un “partido esquirol” de la 4T.
Y, por supuesto, cada distrito electoral, cada municipio, cada entidad de la república deberá hacer sus propios cálculos políticos para garantizar que el régimen de la 4T quede fuera de las posiciones que dirigen el timón de México: no podemos permitir que siga la decadencia de nuestra nación.
Los próximos días, además, serán fundamentales para estimular el voto útil: hay que hacer un gran llamado nacional para que incluso los militantes y simpatizantes de MORENA, del PT y del PVEM reflexionen a conciencia su voto y sufraguen a favor de recuperar el rumbo democrático, el respeto a la pluralidad, las instituciones y las leyes. Que rechacen el continuismo, sobre todo de esa visión intolerante, polarizadora y excluyente que nos está llevando al deterioro social y al caos como Nación.
A dos semanas de la histórica elección del 2024… ¡venzamos al abstencionismo y estimulemos las declinaciones y el voto útil a favor de la democracia mexicana!
*Fundador del PRD y analista político. Candidato a Diputado Local del Distrito 06 en GAM, por la Coalición “Va por la Ciudad de México” (integrada por PRI, PAN y PRD).