Carlos J. Pérez García.
Para ser más claros… incluso en este breve espacio. No podemos exagerar los riesgos que trae a nuestro país una descomposición a partir de la notoria degradación de la política a nivel presidencial.
Al angustiarse un individuo tan inestable ante la posibilidad de perder el poder y así la impunidad de él y su grupo, se precipita lo peor del primitivismo ideológico y anti-político de un populacherismo ramplón del mandatario más falaz, deficiente y poderoso que hemos conocido acá desde aquella Alemania de la década de 1930 y mitad de la siguiente.
Es muy probable que, al tratar de imponer una continuidad a través de interpósita persona, todo ello desemboque en una verdadera tragedia nacional que se ha venido desarrollando estos años, tanto a nivel nacional como en muchos estados. La ilegalidad viene a ser una grave desviación con respecto a cualquier arreglo de convivencia en la sociedad.
Frente a la vileza y la ilegalidad, el debate de mañana y la gran marcha ciudadana del 19 de mayo deberán contribuir a contrarrestar las malas mañas de López Obrador y sus corruptos pupilos. Sin ingenuidad ni demasiado “corazón”, eso sí, la inteligencia y una estrategia más agresiva podrán completar la tarea.
Bueno, ‘neta’ es una palabra muy nuestra que se ha generalizado y aceptado con las acepciones “en serio” o “en verdad”, las cuales nos ayudan a eludir excesos, eufemismos o subterfugios al expresar ciertas realidades o probabilidades. Y, créanme, no se trata de exagerar aquí con pesimismos o catastrofismos, pero difícilmente la situación podría ser más delicada o comprometida a corto plazo.
Sean o no simples distractores, se cae ya en auténticos absurdos jurídicos y propagandísticos que siguen causando polarización y mucho daño. Esto caldea el ambiente incluso a nivel internacional, lo que genera incertidumbre de pronóstico reservado.
Tal vez es entendible que el presidente perciba como ataques a su persona que se le llame destructor, farsante, delincuencial, irrespetuoso, superficial, incongruente, demencial, inepto, cobarde, … Sin embargo, son atributos o calificativos que se derivan de reiteradas evidencias sobre hechos y palabras contra la sociedad.
Y lo más grave es que, según acredita su campaña, la sucesora designada sería igual o peor que él… a menos de que ahora sólo busque mantener el favor de su patriarca con base en lealtad, no capacidad e inteligencia. Claro, se trata de Claudia Sheinbaum y sus absurdas posturas sobre dignidad, trabajo, economía, corrupción, salud, educación o seguridad.
De su opositora podemos confirmar que tampoco es perfecta, pero sería lo mejor que tiene hoy el país y resulta la única opción ciudadana o partidista que podría detener este colapso nacional en cámara lenta o más rápida. Muchos piensan que Xóchitl Gálvez “no va a llegar” de acuerdo con ciertas reglas del juego, aunque este escribano está convencido de que sería difícil que perdiera en una elección de suyo informada y democrática.
Ya se vuelve otra cosa si pensamos en fraudes oficiales, autogolpes taimados, mayores desvíos de recursos, diversas inequidades, intromisiones del presidente o acciones del crimen organizado. Pero aquí igual habría que ver las reacciones del INE, la sociedad civil, la Iglesia católica, las Fuerzas Armadas, los Estados Unidos y los organismos internacionales.
Miren, no sólo es perturbadora la notoria ineptitud que prevalece con estruendosos fracasos en áreas clave. También se advierte ya una “emergencia nacional” frente al involucramiento presidencial en una sucesión que debería ser democrática.
A sus disparatadas amenazas e iniciativas se suma la creciente certeza de que no querrá entregar el poder a ningún opositor, lo cual sugiere a los ciudadanos una actitud vigilante para denunciar sus conductas y una votación masiva más consciente el 2 de junio… En su momento, así mismo, una disposición nacional y multitudinaria para confrontar la ilegalidad antidemocrática. Neta, no va a quedar de otra.
Por lo pronto: ¡Vamos todos rumbo a las urnas… hoy a sólo 36 días!
@cpgeneral