Rubén Cortés.
El presidente de México lleva seis años pidiendo eliminar la OEA: “Yo les recomiendo que desaparezca la OEA que no sirve para nada”. Pero ayer estaba feliz con los titulares que decían: “Repudia la OEA irrupción en embajada de México”.
Aunque lo recomendable es andarse con cuidado ante la catarata verbal del presidente de México, quien así como dice una cosa, dice otra cosa. Ayer dijo que los medios electrónicos son tóxicos, pero por años tuvo un programa personal en TV Azteca, por ejemplo.
Como sea, esa OEA de la que el jefe de Estado mexicano dice que “lo único que ha hecho es avalar todos los actos autoritarios contra de gobiernos legítimos”, condenó antier “enérgicamente la intrusión en la Embajada de México en Ecuador”.
Es una lección de integridad democrática para el presidente mexicano, quien avala en la OEA todos actos autoritarios en contra de la libertad y la democracia en el continente, todas las crueldades de las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Cuba.
El presidente de México votó por reconocer el fraude electoral del dictador Maduro para renovar el Parlamento sin participación de la oposición. Tampoco lo condena en las votaciones que lo consideran “asesino de lesa humanidad”.
También, el presidente de México se incluyó en el grupo de presidentes que mandó representante a la cuarta toma de posesión del sátrapa nicaragüense Ortega con los de Belarús, Cuba, Turquía, Venezuela, Vietnam, China, Corea del Norte, Irán, Rusia y Siria.
El presidente de México no asistió a la Cumbre de las Américas, porque no fue invitada una delegación de la monarquía absolutista de la familia Castro en Cuba. Se solidarizó con un régimen que tiene 11 mil jóvenes presos porque “algún día pueden cometer un delito”.
Defiende una dictadura que encarcela sólo por imaginar que una persona puede, un día, ocurrírsele cometer un delito (Arts. 72 al 84 Código Penal) y que prohíbe a más de mil familias de presos políticos salir o entrar del país ( (Arts. 282 al 285 del Código Penal).
Peor todavía: el presidente de México designó como orador principal en las Fiestas Patrias de México al gobernante designado por la monarquía absolutista de la familia Castro en Cuba. Eso ocurrió días después de reprimir a sangre y fuego protestas masivas en la isla.
Sí: la OEA está dando una lección de integridad legal y democrática al único presidente de América Latina elegido democráticamente que, en cambio, no se comporta como un demócrata, al apoyar a los tiranos del continente y pedir la desaparición de la OEA.
Y que no asistió a la Cumbre de las Américas por la exclusión de las tiranías Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Una muy notable lección.