Rubén Cortés.
Los venezolanos que tenían 20 cuando votaron por Hugo Chávez en 1999, hoy son cuarentones. Decían a los 20: “A mí Chávez me dio”, “Gracias a Chávez tengo”, “Chávez es como yo”. Hoy, en sus 40, el legado que recibieron es la dictadura castrista de Maduro.
Ayer, la segunda de Maduro, Delcy Rodríguez, anunció penas de seis a 12 años de cárcel para quienes se opongan al gobierno. Rodríguez vino a México el 30 de septiembre y fue acogida por Claudia Sheinbaum en Puebla, donde participaron en un evento.
El encuentro de Claudia Sheinbaum Delcy Rodríguez se registró en la cumbre del Grupo de Puebla. Por robar elecciones para Maduro, Delcy Rodríguez ha sido sancionada a nivel internacional por la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Colombia.
La protegida de Maduro anunció censura total en redes sociales para quienes dañen la imagen del gobierno; prohibición del pensamiento conservador, de reuniones y manifestaciones contra su gobierno, y creación de partidos políticos que quieran el poder.
Todas las sanciones conllevan de seis a 12 años de cárcel, y lo decidirá un grupo de comisarios designados por el propio Maduro, que se dedicará a cazar y a juzgar a los integrantes de la sociedad civil que se pasen de la raya.
Hay que insistir en la poderosa alianza de la dictadura venezolana con el actual régimen mexicano, que reconoció en la OEA el fraude electoral de Maduro en 2022 sin participación de la oposición, ni respaldo internacional.
México desaprobó el texto de “rechazo a la elección fraudulenta del 6 de diciembre, conducida por el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro con el evidente propósito de eliminar la única institución legítima y democrática electa en Venezuela”.
El actual gobierno mexicano tampoco rechazó en la OEA la captura del organismo electoral por parte de Maduro, ni la utilización del Ejército para impedir el ingreso de los opositores al Congreso.
El presidente y Sheinbaum tienen posición de simpatía pública hacia la dictadura como forma de gobierno, al festejar en Venezuela la ausencia de condiciones democráticas y la represión, la cárcel, el asesinato y el exilio para opositores políticos y periodistas.
Sin embargo, la dictadura de Venezuela no sólo se roba las elecciones de modo sistemático, hace al menos 10 años: también está señalada por la ONU por crímenes de lesa humanidad, en un informe 443 páginas. Es asesina.
El informe registra cinco mil 94 asesinatos de opositores políticos y la detención sin órdenes judiciales de otros tres mil 479, “coordinados y cometidos de conformidad con las políticas del Estado”.
Las listas están llenas de aquellos que repetían “Gracias a Chávez tengo”, “Chávez es como yo”. Con estos es sencillo:
Pan para hoy y palo para mañana.