Jorge Miguel Ramírez Pérez.
A Obrador se le identifica definitivamente como una persona que pone todo su empeño en nulificar a la democracia en México. Para él no hay nadie que lo pueda sustituir, padece el síndrome del tirano, palabra esta última en uso desde la Grecia del siglo VI antes de Cristo, que destaca un gobierno centralizado para beneficiar al individuo que ostenta el poder y además usa los medios de los demás para perpetuarse. Pero muy a pesar de que sus intereses son traicionar la forma democrática que llegó para fomentar una regresión a la era de la autocracia de tipo priísta de hace cincuenta años, la gente, no toda, pero mucha gente empezó a abrir los ojos sobre la política.
Por eso hay mucha insatisfacción sobre el modo de hacer campañas políticas que siguen el curso del viejo modelo de ofrecer sin ton ni son, cualquier variopinta ocurrencia en actos masivos. Les dicen a estas reuniones pagadas, músculo electoral, moviendo gente obligada a identificarse como masa, mediante un lonchecito, un frutsi y algunos billetes, en transportes contratados; todo, con el dinero de los que contribuyen con los impuestos de manera ilegalmente extraídos.
Por supuesto es un músculo flácido, deformado y ayuno de convicción y motivado forzadamente a ratificar una perspectiva muy pobre de la vida de las personas que se dan cita.
Hay mucha propaganda con fotografías irreales y entrevistas que no dicen nada concreto.
Eso en esta elección está tomando un rumbo de rechazo de los que antes eran dóciles votantes. Y aunque los mercadólogos insisten en cautivar lo que le llaman el voto emocional, el irracional; cada vez mas electores quieren saber como piensan y que proponen los que los quieren representar.
Y ahí es donde tuerce el rabo la puerca, porque se construyen manipulaciones y mentiras en una feria donde las cartas a los santaclós se quedan cortas: la salud a nivel de Escandinavia, y la megafarmacia mas grande del mundo, pone a nivel de párvulos al votante mexicano que ni idea tiene de que países son de la Escandinavia, y menos como podría existir una farmacia del gobierno con por lo menos, un surtido básico.
Lo cierto es que no pueden proponer nada. Hay un vacío estructural.
Mire mi estimado lector, Sheibaum ni que se le vaya ocurrir no mencionar hasta involuntariamente una coma del script que le obliga el tirano a repetir. No puede, está rodeada de la raspa incondicional, a lo largo y ancho del país, las listas las palomeó el tirano; ella, no tiene para donde hacerse. No hay dos sopas, se le acabó la de fideos.
Por eso está muy irritada. No tiene operadores propios y si los gobernadores no le sacan los votos; se ve muy difícil que prenda lo que se cebó. Rubén Rocha, el de Sinaloa, como muestra, sin temor ni respeto a la abanderada de su partido, en un acto que pareció de adulación extrema, le dijo a Obrador que le saque la vuelta a lo de la no reelección; en pocas palabras aseveró de rebote, que a Sheibaum, no la quiere de jefa. Tan tan.
Y del lado de los aliancista tampoco cantan mal las rancheras, si en el lado guinda es seguir puntualmente desmantelando México con las instrucciones de tirano; en el bando de Xóchitl: Gálvez, las contradicciones valorativas están a la orden del día. Un ejemplo, el Episcopado mexicano durante las tres últimas semanas ha tenido una actuación crítica hacia el gobierno, sobre todo en la evidente y atroz inseguridad y necedad de no combatirla; comentarios laterales que se entienden favorecen a la hidalguense; y como respuesta mediática la candidata del frente de oposición, les dio una cachetada dando a entender que ella es de las que considera el aborto como un derecho a hacer y deshacer de sus cuerpos. ¡Záz¡
Me parece que no se esperaba el clero una defensa sin fisuras, pero ni modo que Xóchitl, desconociera la agenda tradicional de los católicos contra el aborto, la eutanasia y la defensa de las leyes naturales. Refleja la señora que no le entiende muy bien a los linderos de lo que se supone, por lo que dice, profesa.
Y claro que no tienen agenda legislativa los X, porque coaliciones tan desproporcionadamente antagónicas en valores, si es que esos asuntos todavía sobreviven, que no sean los pragmáticos espacios de poder por el poder mismo; impiden una visión cohesionada de llegar al triunfo.
En síntesis, ni Xóchitl ni sus compañeros de viaje en las boletas, pueden proponer algo sin disgustar a una buena parte de ellos mismos. Cosas de la vida.
El PRI no dejó de ser el mismo aparato de generalidades como ideología izquierdosa, concentradores de poder central y expertos en imposiciones. En esta ocasión la edición acusa un extremo bajo nivel moral, e intolerancia a hacer sentir un patrimonialismo; y un auténtico continuador del autoritarismo; con su presidente difícilmente se podría razonar.
El PAN por el estilo sea convertido en un club de reglas, pero más bien, donde caben todas las reglas de exclusión. Están a grandes distancias de los planteamientos aterrizados del bien común, la solidaridad, o la subsiriaridad. No tienen compatibilidad con la doctrina social cristiana. Los panistas de hoy son de raza pura plurinominal y poco falta que profesen una adhesión al progresismo izquierdista. Mientras eso sucede tienen ya candidatos, mal hablados para unificar criterios con sus aliados, buscando afinidades en el orgullo de Octavio Paz, por glorificar una majadería a falta de objeto de identidad nacional como lo expresaría el escritor en El Laberinto de la Soledad. Rediciéndose cada vez más.
Así que una disputa que técnicamente se supone de dos grandes grupos, uno no tanto; es una disputa que se reduce a posicionar como cacique nacional a Obrador o quitarle la influencia el próximo sexenio. Y punto.
No hay más no hay propuestas claras, y no se sabe de gente que esté al lado de las dos candidatas que conozcan bien los temas… ¿cuáles si son un secreto para ellos mismos?
Al menos el Movimiento Ciudadano tiene por ahí una agenda legislativa algo que discutir, pero con quién, si los demás no traen nada.