Isaías Villa González.
Antes era especulación, versiones, trascendidos. Pero ahora todos los vimos, fue público. En el mismísimo arranque de campaña de Claudia Sheinbaum, el primero de marzo, en medio del templete: el saludo entre Sheinbaum y Clara Brugada destiló antipatía y encono.
Se trató de un saludo forzado, de compromiso. Pero el lenguaje corporal y los gestos hablaron por sí mismos: falsa sonrisa y abrazo tibio para la foto y, luego, Sheinbaum soltándose con enfado de los brazos agobiantes de Clara, como empujándola.
Nadie esperaba menos que eso; todo mundo sabe que Clara Brugada no era la carta fuerte de Claudia para tratar de sucederla en la icónica e importantísima Ciudad de México. Por más que Mario Delgado quiso silenciar los resultados reales de la encuesta, todos supimos que Omar García Harfuch, “gallo” de la ex Jefa de Gobierno, era el oficialista más aventajado, con el 40.5% de las preferencias frente a un lejano 26.7% de Brugada.
Pero luego vino el dedazo del “gran elector” de Palacio Nacional y, pretextando paridad de género, Brugada desplazó a García Harfuch, quien incluso era bien visto por sectores alejados del oficialismo, debido a su perfil moderado y receptivo.
Omar García Harfuch es personaje dialogante, alejado de la estridencia, la diatriba y el rencor que tanto ha caracterizado a los morenistas. Seguro por ello López Obrador decidió hacerlo a un lado, para dejar a una de sus más fieles escuderas y aplaudidoras: Clara Brugada. Eso no le hizo gracia alguna a Claudia Sheinbaum.
Pero el desencuentro Claudia-Clara no se limita a la “tensión del templete”: otro ejemplo de resquebrajamiento ocurre en un territorio decisivo de la capital. En Gustavo A. Madero las huestes del saliente Alcalde Francisco Chiguil (un ferviente brugadista), siguen furiosas y desanimadas, por la imposición de Janecarlo Lozano como candidato a la Alcaldía, de parte de Claudia Sheinbaum. No se cansan de señalar el “arribismo y oportunismo” de Lozano, quien hasta hace poco más de dos años repudiaba a Morena.
También, la abanderada presidencial fue la gran ausente en el arranque de campaña de Clara Brugada, en un Auditorio Nacional que nunca se llenó por más acarreados que hubo. Las ausencias, pues, pesaron más que las presencias. Y el aplauso a García Harfuch no dejó lugar a dudas: él pudo haber sido el mejor candidato morenista .
Entre tensiones y vacíos, queda clara la ruptura profunda en el tejido de la 4T CDMX. Mientras, la alianza opositora PAN-PRI-PRD muestra una sólida unidad. Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada, con dirigentes y candidatos, ofrecen con ello una propuesta de concordia, con la cual llaman a sumarse a la ciudadanía a un proyecto esperanzador. Esta diferencia entre ambos bloques, perfila ya un triunfo del bloque opositor en la CDMX, que ayudará sin duda también a un buen resultado en el país. Sin confiarse, a seguir jalando con fuerza la carreta. El cambio viene.
