Carlos Arturo Baños Lemoine.
Pues ya comenzaron oficialmente las campañas electorales de cara a la votación que definirá a la próxima Presidente de la República. Sí, la próxima Presidente, porque la disputa realmente es entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez: Jorge Álvarez Máynez sólo hará el ridículo papel de figura decorativa con tenis fosfo fosfo.
Y lo peor de todo esto es que, en esencia, Claudia y Xóchitl son la misma cosa porque representan lo mismo: populismo mezclado con feminismo. Y si ya el populismo es pernicioso, agregándole el feminismo es gangrena política pura. México está perdido, pues; seguirá su descenso al menos un sexenio más, gane quien gane.
Tristes tiempos los que estamos viviendo, sin duda alguna. Tanto esfuerzo y tiempo que nos costó a los mexicanos acabar con el Priato e impulsar, si bien tibiamente, la transición hacia la democracia pluralista para que, ahora, tengamos que elegir entre dos mujeres que esencialmente representan el mismo cáncer ideológico-político: populismo + feminismo.
Y así ha quedado claro desde los primeros minutos de las campañas.
Xóchitl Gálvez incluso cayó en la teatralidad barata, mediocre, estridente y exhibicionista al firmar “con sangre” el compomiso de no tocar los programas sociales establecidos por el Tirano de Macuspana. Y no sólo esto: hasta prometió bajar a 60 años el requisito para obtener la pensión de adultos mayores. Por increíble que parezca, Xóchitl Gálvez enfrentará al populismo de la Cuarta “Transtornación” Mental… ¡con más populismo!
¿De veras cree Xóchitl que podrá ganarle a la 4T tratando de imitar burdamente a la 4T? ¡Pobre Xóchitl, está perdida si piensa que puede arrebatarle la bandera de las “limosnas denigrantes y electoreras” al Dictador de Palacio Nacional!
Además, desde las precampañas supimos que, al igual que Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez aprueba y asume como jurídicamente válido el absolutismo abortista instaurado por la Suprema Corte de “Inmundicia” de la Nación: Claudia y Xóchitl aceptan que no se penalice a las mujeres que deciden abortar en cualquier momento de la preñez. Por encima de los derechos humanos elementales de las personas no-natas, Claudia y Xóchitl colocan los “derechos reproductivos de las mujeres” en clave feminista, aprobando que las mujeres queden totalmente impunes cuando decidan asesinar a sus propios hijos en sus propios vientres. ¡Ah, y eso sí: ambas candidatas hablan de defender “el derecho a la vida” en México!
Así, pues, las campañas de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez se abren con propuestas totalmente aborrecibles y reprobables para una economía sana y para la doctrina de los derechos humanos: más populismo derrochador y feminismo pro-genocida.
¿Ustedes, de verdad, están pensando en votar por la decadencia de México?
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