Raúl Flores Martínez.
Es una manía de esta administración de la 4T entregar obras a medio construir, obras que quizá sean buenas para una parte de la población; sin embargo, todo es a medias.
En los últimos días estuve en parte del Itsmo de Tehuantepec, Oaxaca en un recorrido periodístico para ver lo avanzado de las obras del Tren Interoceánico que servirá para la conexión de algunas comunidades de Oaxaca y Veracruz, incluso abaratando el costo del pasaje.
Es decir, algunas personas se benefician con los descuentos a estudiantes y personas de la tercera edad, cuyo costo de una estación a otra es de 17 pesos con 50 centavos con credencial vigente, mientras el costo del pasaje en transporte público a la misma distancia es de 35 pesos.
Si hablamos de beneficios a la población, esta será a largo plaza con la creación de los polígonos industriales que albergarán decenas de empresas nacionales e internacionales, cuya condición para establecerse en estos dos estados (Oaxaca y Veracruz), es que la contratación de mano de obra sea local, de las comunidades cercanas.
Hay algo que me llama la atención de este concepto, los trenes comprados a una empresa inglesa, máquinas y vagones de medio uso, incluso en algunos vagones se les nota lo oxidado que fue recubierto con pintura; dicen por ahí una manita de gato para que luzcan bien, para dar el gatazo.
No habrá cifras reales de los costos de estos proyectos del gobierno de la Cuarta Transformación, no habrá una auditoría que dé a conocer cuántos millones de pesos se desviaron para beneficio de algunos cuantos.
Estos trenes de segunda mano, terminarán su vida útil en unos años, lo que significará un gasto extra para la compra de otros, eso será un problema para quien encabece el próximo sexenio, y si es la corcholata Sheinbaum, sabemos que a ella no le interesa el mantenimiento de los trenes, ejemplo la línea 12.
El proyecto del Tren Interoceánico, es muy bueno solo basta que se concrete, sobre todo que se le dé el impulso que necesita, quizá no para el plan turístico, sino para potencializar la economía interna de los dos estados, principalmente Oaxaca que sus comunidades que son de las más olvidadas del país.
El proyecto es bueno, pero porque inaugúralo y ponerlo en marcha antes de que se concluyan las obras, todo a medias como el Tren Maya, la refinería Dos Bocas, etc; obras manejadas con empresa hechizas para que pudieran ser administradas por las Fuerzas Armadas.
En el caso de las Islas Marías y el Tren Interoceánico, se nota la pulcritud y el buen accionar de la Armada de México, que sus mandos reconocen que “van aprendiendo” a administrar y manejar un tren turístico y de carga.
Démosle tiempo para que aprendan, lo que puede ser un corredor industrial de cientos de kilómetros que puede mejorar la vida de decenas de comunidades de Oaxaca y Veracruz.