Raúl Flores Martínez.
Uno de los síntomas de la podredumbre mental del Presidente Andrés Manuel López Obrador, son sus aires de poder y las amenazas que ponen en peligro la vida de una persona sin que le dé cargo de conciencia.
El pequeño dictador nuevamente lo vuelve hacer, sin importarle filtrar cualquier número de teléfono y nombre de quién trate de revelar su verdad, una filtración de datos que los fieles lamebotas pueden utilizar para hacerle daño al osado que criticó al mesías tabasqueño.
Ayer el loco de Macuspana lo dijo en su conferencia matutina “que volvería a filtrar el teléfono de cualquier periodista que, porque lo tienen que respetar”, una amenaza a todos los periodistas críticos de su mandato, una amenaza directa contra todos sin importar que poner en riesgo la vida de sus críticos.
Esa es la verdadera cara del Presidente de México, una cara que siempre hemos dado a conocer en este espacio, un hombre frustrado que nada, ni nadie lo satisface, no lo ha satisfecho llegar a la Presidencia del país, es por ello que sigue siendo el eterno candidato de oposición.
Hasta el momento los organismos defensores de derechos humanos y periodistas se han manifestado en contra de las decisiones viscerales de López Obrador, un ser amargado que trata de doblegar a quien no está de acuerdo con él o con su forma de pensar.
Cómo periodista siempre he criticado su administración, incluyendo la de la ciudad de México, pero también la de Felipe Calderón, Vicente Fox, Enrique Peña Nieto, ese es nuestro papel en la sociedad, exhibir lo que está mal hecho, dar a conocer la corrupción que se genera; pero aquellos que están metidos en la corrupción, no les gusta ser exhibidos.
Esos seres corruptos qué siempre se disfrazan de ser unos inmaculados, de ser ungidos por la luz divina, y quienes tienen sus huestes preparadas para ser los brazos ejecutores.
Ayer nuevamente López Obrador dio un destelló de su verdadera personalidad, esa personalidad tirana, frustrada que no le importa poner en riesgo a los demás con tal de ser respetado, Acaso este enano de mente no sabrá qué el respeto se gana, se construye con las buenas decisiones y no con las vísceras, algo que debe de aprender.
Cuántos periodistas deben de morir en México, cuántos mexicanos deben de morir en las carreteras, cuántos mexicanos deben de morir en los enfrentamientos entre células criminales para que este Presidente elegido por 30 millones de personas en un país dónde viven más de 100 millones.
Ayer López Obrador reveló su verdadera personalidad mezquina, frustrada, intolerante y de dictador, un Presidente que sin importar poner en riesgo la vida de las personas, siempre se sale con la suya para generar un respeto que nadie le tiene.