Rubén Cortés.
El fondo la pugna abierta por el millonario Carlos Slim con el presidente está en la principal novedad del actual régimen castrochavista para gobernar: sacar a los empresarios del poder político, para meter a los militares.
Escrito a rajatabla: el muy castrochavista presidente mexicano, eliminó el poder absorbente del dinero que no era suyo, para instaurar el poder temerario de las armas, que hizo suyo, como Chávez hizo en Venezuela, con la invasión consentida del castrismo.
Pero no deja de ser un gran hipócrita el millonario Carlos Slim, quien se queja hoy del “exceso de obras públicas que le da este gobierno a los militares”, siendo que este presidente lo volvió a colocar en el primer lugar de los más ricos de América Latina.
Porque, sí, los militares son los dueños del Tren Maya (hasta mandaron a los soldados a España a adiestrarse como maquinistas y conductores de tráfico férreo), pero le dieron a las empresas de Slim casi 150 mil millones de ingresos en la obra.
El fondo de la polémica está en que Slim sabe que el castrochavismo es pan para hoy y hambre para mañana, y jugó a dos vías: le sacó todo el jugo a la vía de hoy; y se quiere preparar para la vía de mañana, en la que sabe que, como en Venezuela, viene la miseria.
Como millonario, y como político (no se puede ser lo primero sin lo segundo) aprovechó estos cinco buenos años (en los que él sabía que al Estado le quedaba lana para sacarle) y se dijo: “De que esa lana la agarre mi competencia, pues la agarro yo”.
Como ciudadano con sentido social (que en algunos sectores ha demostrado tenerlo, en áreas de la cultura, la ciencia, restauración del Centro Histórico…) sabe que, con los militares adueñados de la economía, casi no existirán empresarios privados.
Desde su privilegiado punto de observación, Slim sabe mejor que nadie que, si gana Claudia Sheinbaum, el México que viene será así: el expresidente compartiendo el poder con los militares apoderados de la economía, estilo de Cuba, donde controlan la lana a través de GAESA.
GAESA es una empresa registrada en Panamá y es dueña de 39 mil 383 habitaciones de hotel en la isla, más que, por ejemplo, las cadenas, Caesars (Las Vegas) y Barceló, Iberostar (España) y casi tantas como Walt Disney Company (39 mil 751).
Y el Ejército es en estos momentos la mayor empresa del Estado mexicano, como dueño absoluto del conglomerado Olmeca, que administra más de 300 mil millones de pesos.
Slim sabe que viene un gobierno militar, con un tata en guayabera mangoneando desde su finca.
Y una presidenta sepa Dios dónde.