Jorge Miguel Ramírez Pérez.
Impactantes las declaraciones de Carlos Slim durante una conferencia de prensa de casi cuatro horas, en el Centro Financiero Inbursa donde trató temas económicos y políticos en un contexto en el que Forbes en los Estados Unidos publicó que el magnate mexicano habría incrementado su riqueza durante el gobierno de Obrador de 69 mil millones de dólares a 100 mil millones en esa moneda. Independientemente, de sus logros y quejas en el terreno de las inversiones, como la afirmación sobre los números rojos en Telmex.
Slim, hizo señalamientos aparentemente sencillos que se inscriben en un marco político mayor que pocos empresarios se atreverían públicamente. Es como ventilar asuntos de primer orden al nivel del penthouse, no de los pisos inferiores de la política, y menos de los sótanos, en ese edificio que ha sido el sistema político mexicano desde el siglo pasado.
El punto sobresaliente en lo político son las definiciones en este momento. No antes, no después.
El experimentado empresario con una larga de carrera de observador y protagonista en la vida pública de México, para muchos, es el verdadero impulsor del macuspano quien desde su paso por el gobierno capitalino obtuvo una preeminencia en las consideraciones del que ha sido el hombre de mas dinero en México.
Carlos Slim concediéndole la interlocución a Obrador le dotó de una imagen de seriedad que no era, ni es propia. Lo inventó del lumpen político, de los padrinazgos oscuros y retorcidos a una versión para fungir como funcionario, en el camino de la toma de decisiones muy por encima de sus capacidades. La formalidad de otro ingeniero aliado de Slim, Cuauhtémoc Cárdenas, convirtieron a Obrador en un producto rescatado de la masa amorfa para que fuera su ariete. Creyeron tener a la mano una persona aparentemente moldeable sin diagnosticar que se trataba de un lobo con piel de oveja, sin reparar que estaban ante un sujeto vengativo y resentido cuyo objetivo era y es la dominación sin escrúpulos.
Por eso desde la nominación de Claudia Sheibaum como jefa de gobierno de la Cdmex y de la previa determinación de fortalecer a la empresa Rioboo, supervisora del polémico segundo piso; Slim pudo entender que su proyecto del Centro Histórico de la Ciudad de México, y otros planes, perdían importancia porque el grupo que arribaba al poder capitalino traía una impronta sin los protocolos de la planeación; y no le interesaba rescatar la obra arquitectónica urbana con más relevancia en el continente desde el siglo XVI hasta el siglo XIX. Llegaban hordas a hacerse cargo de la capital bajo las tácticas del vandalismo.
No en vano Alfredo Jalife, connotado yucateco de ascendencia sirio-libanesa, en los últimos meses señaló a la entonces precandidata a la presidencia Sheibaum, como personera de las instituciones de Rockefeller para coptar liderazgos en América latina y en México particularmente. Reveló el comentarista con fuerte carga antisemita, que la hoy abanderada del Obradorato fue becada por la fundación Rockefeller en la juventud, y de paso la calificó en videos como intratable y soberbia. Por supuesto que el giro de Jalife de rabioso propagandista de Obrador a crítico, tuvo como desenlace que la hija del médico autonombrado geopolítico, fuera destituida del cargo de subsecretaria de la SCT en el área de telecomunicaciones. Hoy parece que la exfuncionaria se ha acercado al equipo contrario.
Esas cápsulas por no ahondar en mayores diferencias de la gente de Slim con los incondicionales de Obrador, expresan que la distancia viene de meses atrás. El dictamen de los daños a la línea doce del Metro, elaborado por gente ligada a Sheibaum en los forcejeos de la sucesión en Morena, señaló, que la empresa de Slim y técnicos del gobierno de Marcelo Ebrard eran los responsables. Cuidadosamente sacaron a Mario Delgado responsable en el gobierno de Marcelo Ebrad, de muchas operaciones de esa fatídica línea, entre ellas, el negocio de la renta de los carros del Metro. Se trataba de marcar la ruptura entre la primera etapa del Obradorato y la segunda, donde se intentaba edificar un Maximato, ni Ebrad era el candidato del proyecto y tampoco Slim, estaría incluído.
Por supuesto, que el empresario en la conferencia dejó claro que la causa del percance fue la ausencia de mantenimiento. Tan claro como el agua, el baño fue a la Sheibaum. Palo dado.
Otras definiciones de la conferencia de Slim, que generan una línea de estrategias seguramente de parte de los dueños del dinero en la persona del protagonista, fueron dos claros subrayados: hay un exceso de militares en lugares donde no deben estar y el asunto de la seguridad es un tema que no se atiende.
En lo que concierne al militarismo las declaraciones de Carlos Slim, deben tomarse con la seriedad debida, son puntuales como su convicción de vivir bajo la división de poderes. Su posición, que no es una simple opinión sin respaldo; debe ser atendida y no carece de soporte de personajes con datos duros. El hombre no es hablantín, y lo expresado tiene fondo y es totalmente opuesto al criterio sin sentido común de Obrador, que parece acomodar todo a la fórmula que, si a él le parece bien o cree que le dota de mayor poder, basta y sobra para hacerlo, así se pueda desmembrar la República.
En el ultimo tema el hombre de Telmex, conoce muy bien la problemática de la seguridad a niveles incluso internacionales. No es un secreto que sus nexos familiares tienen raíces y nexos con grupos de poder definidos en el tablero de los conflictos del cercano oriente, en particular en el Líbano; cercanos a su esposa fueron jefes del estado en Líbano. Cuando la falange era el factor de estabilización en ese país. Un hermano Don Julián, fue comandante de la seguridad nacional en México y los servicios prestados a la República han distinguido a Carlos Slim como una persona sumamente informada y prudente.
Su comentario sobre la inseguridad coincide con otro formador de Obrador: Porfirio Muñoz Ledo, que antes de fallecer; durante una entrevista con Adela Micha, aseveró tener pruebas sobre Obrador como narcopolítico. El magnate por su parte no acudió al detalle, porque su perfil hace innecesario ahondar en el espinoso tema, pero es claro que la línea de separación, es muy clara; de hecho, es un muro lo que los separa.
Quedan muchas más aseveraciones para reflexionarlas, y quedan las interrogantes que se desprenden de las definiciones abordadas:
¿que tanto sabe sobre futuro próximo un hombre con redes técnicas y relacionales que está al día, para romper en abierto con un ex protegido?
¿porqué en vísperas de las candidaturas oficiales cuando el tamal está prácticamente hecho, marca su distancia?