Francisco Garfias.
Hasta ayer no veía a Claudia Sheinbaum en el papel de Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio o Abelardo Rodríguez durante el Maximato, ni a AMLO en el de Plutarco Elías Calles, pero hoy ya no es así.
La candidata presidencial del oficialismo dijo ayer que el paquete de veinte reformas, que el presidente mandó al Congreso el pasado cinco de febrero. “Son base sustantiva de lo que va a ser nuestro gobierno.”
El Maximato fue un período político de México que abarcó desde 1928 con Portes Gil, hasta 1934 con el inicio del gobierno de Lázaro Cárdenas. Se caracterizó por la influencia de Calles sobre los tres presidentes arriba mencionados, de cuyo apodo “Jefe Máximo de la Revolución”, deriva el nombre de ese período.
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La idea de que un triunfo de Sheinbaum nos llevaría a un Maximato, versión siglo 21, empieza a multiplicarse.
El Grupo Eurasia, con sede en Nueva York, dice textual en su último reporte sobre México:
“(AMLO) busca dar forma a la agenda política después de que deje el cargo. La mayoría de estas iniciativas tendrían efectos económicos negativos y socavarían el sentimiento de los inversionistas, especialmente la reforma judicial.”
Ese paquete de veinte iniciativas –18 de las cuales son constitucionales– incluye una reforma radical al Poder Judicial, que propone una elección popular para designar a ministros magistrados y jueces.
Otra electoral que elimina los legisladores pluris en ambas cámaras y reduce los recursos a los partidos políticos; una más que borra del mapa los órganos autónomos; y otra que promete que los trabajadores del IMSS y del ISSSTE se jubilen con el 100 por ciento de su salario.
Esta última fue una tomadura de pesos. La jubilación está topada en 16 mil 600 pesos en la iniciativa. No corresponde a las expectativas creadas AMLO.
El presidente habló de pensionarse con salario completo. Si el empleado o trabajador del IMSS o del ISSSTE gana 20 mil pesos, ya no califica para pensionarse al 100.
El citado grupo Eurasia, que se dedica a detectar riesgos políticos para inversionistas alrededor del mundo, anticipa que es poco probable que las reformas se aprueben en esta legislatura, pero advierte:
“Permanecerían en la agenda legislativa de una nueva administración de Morena, con el potencial de socavar significativamente el sentimiento de los inversores.”
“En el caso probable de que gane Sheinbaum –añade– probablemente apoyaría la mayoría de estas propuestas legislativas. Está de acuerdo incluso con las más disruptivas, y estará bajo presión para completar lo que empezó López Obrador.
“Esto aumenta los riesgos para las elecciones al Congreso. Si Morena obtiene mayorías constitucionales, estas propuestas estarán en lo más alto de la agenda. Si Morena no alcanza ese umbral, intentará dividir a la oposición. Es poco probable que esta táctica tenga éxito, a menos que Morena esté cerca de obtener esas mayorías”.
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El senador del PAN, Damián Zepeda, discrepó del coro detractor de las reformas, formado por integrantes de la coalición opositora, al grado de que fue aplaudido en las redes por la senadora Citlalli Hernández, secretaria general de Morena.
Damián nos repitió lo que subió a redes:
“Me parece evidente que (el paquete reformas) tiene un alto contenido electoral, pero tampoco me sorprende. Es normal, en el mundo democrático, que se presenten temas a debate en las elecciones. ¿A poco Biden no envió la reforma migratoria para definir posturas”: preguntó.
Sugirió:
“Aprovechemos y apoyemos cambios positivos para México, en lo que esté correcto y en lo que no, propongamos alternativas. Es una oportunidad para marcar visión del país.”
A Citlalli le agradó la postura del panista. Subió a X un post en el que hace notar que aun cuando difiere de Damián, reconoce en él a uno de los perfiles más serios de la oposición. “Un demócrata”, sintetizó.
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Xóchitl Gálvez, de gira por Estados Unidos, no se anduvo por las ramas. Subió a redes un video en el que dice a López Obrador que, en reuniones y entrevistas que he tenido en su recorrido por la Unión Americana, le preguntan sobre los señalamientos de que en su campaña del 2016 recibió recursos del crimen organizado.
“Esa duda representa una vergüenza para todas y todos los mexicanos. Es una sombra sobre su honestidad y la de su gobierno. No busque distraer la conversación con su avalancha de reformas constitucionales que quieren destruir los contrapesos democráticos”.
“Un tema tan grave no se va resolver con una cortina de humo de cambios legislativos. Los partidos de oposición en el Congreso van a presentar un exhorto para que usted presente una demanda por difamación en los tribunales de Estados Unidos. Aproveche el exhorto, limpie su nombre y el nombre de México”.
Gálvez, por cierto, se reunió ayer en Washington con el mal querido, por AMLO, secretario general de la OEA, Luis Almagro, a quien solicitó su cooperación para observar la elección más grande que jamás haya tenido México.
FIN.