Raúl Flores Martínez.
Conforme pasan los años el burocratismo, la falta de accionar y sobre todo la falta de compromiso de las autoridades de las Fiscalías, Procuradurías y de las diversas células de Búsqueda de Personas de las entidades, han engrosado las listas de desaparecidos en el país.
Recientemente estuve en la ciudad de Tijuana, dónde la lista de personas ausentes de sus hogares es larga, tuve una larga charla con Paula Sandoval del Colectivo Familiares Unidos Buscando a Nuestros Desaparecidos en Tijuana, Baja California donde confirma lo que siempre hemos denunciado en este espacio, el burocratismo y las famosas 72 horas que dejan pasar para iniciar una búsqueda.
Debemos dejar algo en claro, no hay una ley, no hay un reglamento interno de Fiscalías, Procuradurías o Células de Búsqueda de Personas que señalen estas 72 horas, sino todo lo contrario, desde el primer segundo de la desaparición se puede hacer la denuncia correspondiente paralelamente a la búsqueda.
Con el nuevo cambio a modo del Gobierno de la Presidencia en las cifras de personas desaparecidas, se están desechando expedientes que podrían ser la clave para encontrar a los hijos, hermanos, esposos o padres de familias que siguen buscándolos, sin el apoyo de las autoridades.
Mientras el gobierno de la Transformación hace a un lado a todos los colectivos, sin importar si son feministas, de búsqueda o cualquiera que sea, son borrados en los escritorios de un plumazo para los recursos que todos los mexicanos que pagamos impuestos aportamos para el gobierno Federal, esos recursos que no tienen y hace a las madres buscadores rascar la tierra con las manos.
Qué debe de pasar para los gobernantes puedan tener un poco de empatía con los cientos de familias que siguen recorriendo el país buscando a sus seres amados, qué debe pasar en Tijuana para que las autoridades puedan voltear a ver a estos colectivos, que también debemos dejar en claro, muchos de estas desapariciones son parte del crimen organizado.
Es tal el miedo de estos desgraciados que amenazan o atentan contra los padres de familia que lo único que buscan, es encontrar los cuerpos de sus hijos para darles cristiana sepulturas y así tener un lugar donde ir a llorarles, quizá tanto de las autoridades como del crimen organizado, hace falta algo llamada empatía.
Empatía que no se tiene en ninguna espera de la sociedad mexicana, que en este momento está más metida en impulsar a su candidato, cómo si eso les ayudará a salir adelante en un país de ciegos, donde la inseguridad ya rebasó a todos los gobiernos del país.