Isaías Villa González*.
Hoy en día, en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (Ciudad de México y parte del Edomex), vivimos inmersos en una gran contradicción: un territorio con natural vocación lacustre y fluvial está padeciendo una terrible crisis hídrica. ¿Cómo puede ser esto posible?
La crisis está llegando a grados insospechados, sobre todo desde que las autoridades capitalinas se vieron obligadas a reconocer que las siete presas principales del Sistema Cutzamala se hallan en muy bajos niveles, con el pronóstico de que permanecerán así hasta la siguiente temporada de lluvias, lo que de suyo es ya catastrófico.
Detrás de esta crisis se encuentra, sin duda alguna, la mala gestión del agua que llevó a cabo Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno; mala gestión que se extiende a Martí Batres. Y es que, contra lo que se pudiera pensar, la gestión eficiente, racional y sustentable del vital líquido jamás estuvo presente en la lista de prioridades del actual gobierno morenista.
Para este gobierno es más importante utilizar políticamente la necesidad de agua por parte de la gente, sobre todo de la que vive en las zonas más pobres de la Ciudad de México. ¿Por el bien de todos primero los pobres?
No de balde, y pese a la ventaja que había obtenido en las encuestas Omar García Harfuch, Clara Brugada fue ungida como candidata a Jefa de Gobierno para el 2024 por parte de MORENA y sus aliados: sí, se trata de la Jefa Delegacional que ha gobernado Iztapalapa desde el 2018, haciendo un uso político de la gestión del agua a través de los tandeos y las pipas. ¿Queremos que esto siga en la Ciudad de México? La misma gente de Iztapalapa no quiere que su acceso al agua dependa del apoyo a este o aquel político.
Ha llegado el momento de que la Ciudad de México contribuya con más responsabilidad a la gestión sustentable del agua. Por esto, necesitamos acciones locales como:
- Reparar inmediatamente las fugas de agua, lo que supone elevar el presupuesto al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) para atender las fugas las 24 horas del día los 365 días del año.
- Reforzar los programas de captación, almacenamiento y procesamiento de agua de lluvia en todas las construcciones públicas y privadas, permitiendo que los agentes privados puedan vender volúmenes de agua tratada y/o potable con un margen de ganancia razonable, sin que por esto se minimice la responsabilidad pública para abastecer agua de calidad a la población.
- Implementar un programa de aprovechamiento del agua de escurrimiento superficial en las alcaldías que cuentan con pendientes naturales aprovechables (Gustavo A. Madero, Tlalpan, La Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa).
- Fomentar la investigación científica y tecnológica local para que investigadores, inventores y empresarios generan nuevos mecanismos para la mejor gestión del agua para el consumo humano y para la actividad productiva agropecuaria e industrial.
- Instalar mejores dispositivos hidráulicos (cisternas, tinacos, excusados, regaderas, llaves de paso, sistemas de riego, etc.) para conseguir una administración más eficiente del agua en las unidades familiares y empresariales.
- Bombardear, con yoduro de plata, las nubes correspondientes a las áreas en donde se ubican las presas pertenecientes al Sistema Cutzamala, para estimular artificialmente el llenado de las mismas mediante precipitación pluvial.
La Ciudad de México debe regresar radicalmente a su vocación acuífera y, para esto, necesitamos políticas públicas responsables en el manejo y gestión del agua, lo que ya supone, de suyo, deshacernos de los gobiernos incapaces en las próximas elecciones del 2024.
*Consejero Nacional del PRD