Raúl Flores Martínez.
Las notas del corrido del “Ingeniero”, seguida del JGL, odas a Luis Fernando Sánchez Arellano y Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, inundaron en ambiente en uno de los restaurantes de Tijuana, “El Negro Durazo”, corridos a uno de los líderes de Los Arellano Félix y al líder del Cártel del Pacífico.
En el momento de escribir estas líneas, me encuentro en la ciudad de Tijuana, una ciudad donde su único atractivo es San Diego, California en Estados Unidos, dicho popular de varios habitantes de “Donde empieza la patria”.
La disputa entre las células del Pacífico con el Cártel de Tijuana Nueva Generación han puesto de cabeza la administración que tiene a la alcaldesa Monserrat Caballero Ramírez viviendo en la zona militar de esta capital de Baja California por las amenazas del crimen organizado.
Mientras ella se refugia con las fuerzas armadas, la población vive el embate de los delincuentes, cobro de piso, secuestros y la Trata de Personas que en varios bares del centro de esta ciudad se tiene a todas horas.
Aquí no es un secreto que los tratantes de personas, les exigen a sus víctimas una cuota diaria de 30 mil pesos que al no cumplirla son golpeadas sin piedad.
Aquí también el tráfico de migrantes, es uno de los negocios más rentables de las organizaciones criminales, quienes cobran hasta 200 mil pesos para pasarlos a territorio norteamericano.
Ya sea el tráfico de personas o la prostitución forzada, es un gran negocio para las organizaciones delictivas en esta frontera norte, claro ejemplo se tiene con el clausurado Bar Adelitas que misteriosamente sigue operando a pesar de que desde hace un año está cerrado por las autoridades federales.
El modus operandi de una de las organizaciones dedicadas a este delito en este Bar, es la de captar a las personas del sexo femenino en situaciones de vulnerabilidad para retenerlas en contra de su voluntad al interior del hotel “Coahuila” identificado con el número 8057 B, ubicado en la calle Coahuila, Zona Norte código postal 21910 en Tijuana Baja California, someterlas con la intención de explotarlas a través de la prostitución ajena, controlando los servicios con fichas.
Las investigaciones realizadas por la FGR van de la mano con diversos testimonios de víctimas, que reconocen a cuatro imputados.
Una de las víctimas con las que tuve la oportunidad de platicar, quien a través de la denuncia realizada a finales de noviembre del 2018, revela que fue víctima de Trata de Personas de Servando Díaz López, alias “Guante”, Damián Jiménez Álvarez y otros; quienes durante un año con cuatro meses, la explotaron obligándola a tener servicios sexuales con otras personas, mediante amenazas y violencia.
A este delito también se le puede sumar el tráfico y venta de estupefacientes que resguardan en los túneles que cruzan las calles y se conectan ya sea con otros negocios con lo que se evita los operativos de las autoridades.
Así las cosas en Tijuana donde el alcohol con vividora de cascabel, atrae a los turistas que son vigilados desde que bajan del avión por los halcones del crimen organizado.
