Carlos Arturo Baños Lemoine.
Sin duda que una de las mejores noticias del primer cuarto del siglo XXI es la llegada del liberal-libertario Javier Milei a la Presidencia de Argentina; un país que, por desgracia, sigue destilando la prodredumbre del comunismo a través de las distintas vertientes “zurdas” del peronismo. Y, aunque sabemos que no la tiene fácil, Javier Milei representa una gran esperanza para América Latina.
Ayer, Milei estuvo en el Foro Económico Mundial, en Davos (Suiza), y su participación lo posicionó claramente, así lo esperábamos, como un líder mundial del anticomunismo y del antifeminismo, entre otras cosas.
Milei supo poner en su lugar histórico al comunismo, ideología y movimiento político que engatusó con sueños frustrados de mejoría a millones de seres humanos. En los hechos, y como saldo, el comunismo sólo ha colectivizado la pobreza y ha establecido aborrecibles dictaduras ideocráticas. Y, como bien lo sabemos, de la escuela dogmática de Carlos Marx se han derivado todas las basuras ideológicas conocidas hoy como “subalternidades”: Teoría de la Dependencia, Giro Decolonial, Tercermundismo, Antipsiquiatría, Pedagogía del Oprimido, Teología de la Liberación, Indigenismo, Ecocentrismo, Abolicionismo Penal, Epistemologías del Sur y Feminismo (uno de los brazos de la “Ideología de Género”).
Este último, el feminismo, es un cáncer social. Milei lo sabe muy bien porque Argentina es uno de los países de habla hispana que más entrada le ha dado al feminismo, y las consecuencias están a la vista. Justo por ello, y dentro de sus primeras acciones de gobierno, Milei eliminó varios de los espacios burocráticos que sólo propiciaban el parasitismo feminista: mucho dinero público para alimentar acciones y oficinas inútiles que no sólo no han mejorado sustantivamente la situación de las mujeres y sí, en cambio, han empeorado sistemáticamente la situación de los varones.
Bien lo dijo Milei: el liberalismo ya garantizaba la igualdad entre sexos. Y los liberales- libertarios sabemos, perfectamente, que las diferencias socioeconómicas y políticas entre mujeres y varones no se deben a un supuesto “sistema de opresión” (el “patriarcado”) sino a una comprensible evolución de los roles sexuales ante los mútliples desafíos que ha enfrentado la humanidad entera. La división y especialización de las actividades políticas, económicas y sociales entre mujeres y varones han respondido, sobre todo, a la intención de mantener viva a la especie humana y de elevar lo más posible la productividad social.
Los liberales-libertarios hemos desenmascarado al feminismo, exponiéndolo como lo que realmente es: una ideología y una práctica política reduccionista, maniquea, dogmática, totalitaria, retrógrada, androfóbica, violenta, sectaria, divisionista, victimista y chantajista.
Por ello, es bueno constatar que el antifeminismo está creciendo a pasos agigantados en toda América Latina. Y yo, como liberal-libertario que soy, claro que soy antifeminista y espero que ustedes también se sumen a esta causa.
Facebook: Carlos Arturo Baños Lemoine
Twitter: @BanosLemoine
YouTube: Carlos Arturo Baños Lemoine
Instagram: banos.lemoine
https://banoslemoine.wordpress.com/
Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría y propiedad exclusivas de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.