Raúl Flores Martínez.
Quién dijo que el 2024 sería un año tranquilo, quién lo dijo porque apenas llevamos 9 días y ya hay violencia en distintos puntos del país, violencia que alcanzó a candidatos a un puesto de elección popular.
La violencia es creciente que ha tocado a Tabasco, el llamado edén, tierra del mesías tabasqueño, qué aún sigue junto con el gobernador Carlos Manuel Merino, siguen negando que la entidad ya ha sido abrazada por el crimen organizado, incluso señalan que son bandas locales las que han generado tal violencia.
No debemos olvidar que en Tabasco están establecidas las células del Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel del Noreste, Cártel Pacífico/Sinaloa e incluso células de la Mara Salvatrucha procedente de Centroamérica, un cóctel explosivo para las autoridades de los tres niveles de gobierno.
El cobro de piso ya es un hecho en este estado al igual que el narcomenudeo, trata de personas, secuestro, robo a transporte de carga, transeúnte y otros más que ejercen las organizaciones criminales contra la sociedad de esta entidad que poco a poco tendrá que irse acostumbrando al igual que los ciudadanos de Guerrero y Guanajuato.
Hablando de Guerrero dos hechos que llaman la atención, el ataque de La Familia Michoacana con drones en la comunidad de Buenavista de los Hurtados que dejó un saldo de cinco personas muertas y otros cinco en Petatlán, región de la Costa Grande, donde las personas fueron acribilladas por sicarios en un palenque.
Un saldo de cinco muertos y 13 heridos; en tanto en Chilapa, tres mujeres muertas bajo la impunidad del sicariato, esa impunidad que cobra más vidas en el país de los abrazos, abrazos que no alcanza en Guanajuato donde murieron ocho personas y tres heridos, muertos que está dejando este año electoral.
Tan solo del uno al seis de enero, 300 muertos en México, 300 muertos que tenían familia e hijos que quedarán en el abandono bajo la sombra de la venganza dolor o en su defecto, serán parte del crimen organizado.
Han pasado nueve días y ya se dibuja el panorama que tendremos en los próximos meses de ser atosigados por las campañas políticas, por esas aburridas voces que repiten una y otra vez las mismas promesas de hace décadas de cambiar un México, qué está dentro de la cubeta de la inseguridad.
En nueve días Tabasco, Guerrero y Guanajuato han enseñado lo que se tiene para este 2024, el crimen organizado está listo para inclinar las elecciones para una candidata, esa candidata que repite como perico las promesas de un segundo piso que nunca se llegara a concretar, solo se volverá un país con un narcoestado a la cabeza.