Raúl Flores Martínez.
La aprobación de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México para los pobladores de Texcaltitlán para señalar que actuaron en legítima defensa al matar a 10 integrantes de la organización criminal de la Familia Michoacana, puede abrir la esperanza para otras poblaciones de hacer frente a los delincuentes.
Sin embargo, se debe de tener cuidado con este tipo de afirmaciones de las autoridades encargadas de investigar estos hechos, porque se podría desbordar una serie de enfrentamientos entre pobladores y delincuentes que desencadene una seria de autodefensas.
Era lógico que, ante el abandono de las autoridades de los tres niveles de gobierno con este grupo criminal, hubiera sido un mal tino el acusar a los integrantes de esta comunidad de homicidio, cuando lo único que hicieron es defender sus posesiones que por años han forjado.
Ahora viene lo más difícil localizar con vida a 14 personas, entre ellas 4 menores de edad que están reportados como desaparecidos desde el pasado 8 de diciembre, un largo caminar para los familiares de los ausentes qué de acuerdo con la Información Filtrada pueden estar bajo el yugo de la Familia michoacana.
Quizá Texcaltitlán, sea la punta de lanza de algunos poblados del sur del Estado de México para hacer frente a la organización criminal que ha tenido bajo el miedo a cientos de pobladores, incluyendo a los comerciantes de la capital del estado, ejemplo los cuatro trabajadores de la pollería que por no pagar el derecho de piso los secuestraron.
Qué más se puede esperar de Toluca, si sus gobernantes como el caso del prófugo Raymundo Martínez Carbajal tejió una red de corrupción con la policía municipal que le generaba 3.5 millones de pesos mensuales por concepto de extorsiones o pagos de aviadores.
De acuerdo con documentos de la propia Dirección de Seguridad Pública y Protección que encabezó en su momento otra prófuga de la ley Aglaed Yulitzin Salgado de Jesús, la corporación cuenta con 2 mil 100 elementos, la mitad son aviadores que pagan una cuota quincenal para no presentarse a trabajar y gozar de un salario o en su defecto para buscar la famosa mordida.
Estos elementos están ligados con la Familia Michoacana, esa que con toda impunidad exige el cobro de piso, quema negocios, levanta comerciantes y ejecuta a elementos de diversas corporaciones que no están en su nómina.
Una organización que se enfrentó con pobladores de Texcaltitlán que ya estaban hasta la mad de tanto cobro y robo de sus propiedades, una población que tiene miedo de no encontrar a sus 14 desaparecidos, pero más a que la maña ejecute a la población, cómo lo hicieron Los Zetas en Allende, Coahuila en el 2011.