Jorge Miguel Ramírez Pérez.
“De una vez, para lo venidero, deben saber los súbditos
del gran monarca que ocupa el trono de España,
que nacieron para callar y obedecer,
y no para discutir ni opinar en los altos asuntos del gobierno”
Carlos Francisco de Croix, Marquéz de Croix Virrey de la Nueva España
Si nos detenemos a pensar un poco en el sistema político de México en la realidad, no necesitaríamos mucho tiempo para llegar a la conclusión de que el mando de todo, está ubicado en la Ciudad de México; y por supuesto que muchos dirían que siempre ha sido así, lo cual es cierto; aunque en el pasado era aderezado con mecanismos que permitían aparentar que se tomaba en cuenta la opinión de las personas en los estados y municipios. En la realidad nunca el sistema fue tan acusadamente centralista, como ahora, donde el corrimiento de decisiones políticas hacia el centro ha alcanzado proporciones desmesuradas.
Muchos pensamos que la democracia a partir del 2000 iba a empezar resolviéndo este obstáculo de restarle participación a la los ciudadanos en sus localidades, causa esencial de la falta de entusiasmo y producto del enfriamiento crónico de los habitantes respecto de los asuntos de la vida política local y por consecuencia de lo nacional.
Pero no fue así, la democracia fue limitada a lo puramente electoral entre los partidos: la agenda ciudadana oficial, si es que cabe ese amorfo término, ha hablado de todo de manera ideal y poco aterrizada, pugna por lo heroíco y hace gala de esfuerzos sacrificiales, pero jamás apunta en ponerle el elemento concreto al asunto político, un poco lo aborda pidiéndo que se incluyan ciudadanos en las candidaturas de los partidos, se refieren a gente que no forma parte de la clase polítca como tal y particularmente de las burocracias partidistas locales, pero no atinan a señalar y proponer solución al meollo de la causa esencial de la flaqueza ciudadana: el centralismo político.
El centralismo se extiende por todo lo es el país, prohija una figura hiper atrofiada de la política, se reproduce visualmente como un monstruo de horrible aspecto, con una cabezota que un cuerpo flácido y famélico con extremidades atrofiadas no puede sostener. Por supuesto que el efecto no solo es en lo político participativo, sino también en la concentración geográfica de firmas de negocios, y en la expresión mas injusta la formación y el reparto de los recursos fiscales en los ingresos y distribución del Fondo General de Participaciones.
Es una madeja en la que los costos de operación de la vida social y económica se elevan sin racionalidad, y donde no hay lugar a las expresiones auténticas de las necesidades y sus prioridades en los estados. Sale sobrando lo que diga la sociedad civil en cada lugar y salen sobrando quienes los ciudadanos quieren que los representen en la arena política.
Ni de parte de la sociedad política local hay seriedad, ni de parte de la sociedad civil existe un plan preciso para salir del atolladero.
Vea usted amigo lector, en el caso de Sinaloa como en la mayor parte de las entidades, se proponen senadores que no entienden para que es el senado, y si usted les pregunta a los que quieren ser senadores no me imagino con que creen que se come eso, solo coinciden en tener prebendas y sueldos que no devengan, porque ni siquiera obedecen las leyes que les obligan a nombrar consejeros en órganos autónomos como el INAI. No representan al pueblo, ni a los estados, ni a la legalidad, son rémoras del aspirante a dictador unicamente. Eso es una piltrafa de senado.
¿No entienden porqué el Constituyente recreó la idea de dos cámaras?
Porque operativamente hoy tenemos dos cámaras pobremente diferenciadas. Desde Miguel de la Madrid se perdió la doctrina política del senado, cuya función esencial es la defender los intereses de los estados de la federación, y hasta la fecha no conozco a un solo senador que haya hecho de ese trabajo esencial e insustituible un apostolado. La defensa de los ingresos de los estados es nula, cada año el centro se adjudica dinero que no le corresponde ¿y los senadores?… bien gracias.
Me parece que los de antes soñaban en el senado como la sede del apoltronamiento de golfos, un estado de éxtasis con influencia y buena paga, algunos, no todos, en espera de ser llamados a virreinar la “provincia”.
El desastre doctrinal es tal que cualquier cámara puede ser de origen y cualquiera puede ser revisora, ¡válgame la barbaridad!
Por supuesto que el senado debía ser la cámara revisora porque revisaba que las leyes aprobadas por la cámara baja, no afectaran los intereses de los estados. Se tomaba en cuenta uno de los nombres y apellidos constitucionales de los Estados Unidos Mexicanos, el de república federal…
¡De modo que los senadores que nunca han tenido esta visión primigenia del senado y de la defensa de los intereses de las entidades quieren repetir… que van a repetir, solo la grave omisión de estar en un senado que no cumple como senado¡
Y si esas incongruencias le añade las cuotas obligatorias de los partidos coaligados como es el caso de Morena que en Sinaloa le tienen que soltar el senado al PVEM, el partido ecologista que de todas las carencias que tiene la mas notoria es la de ser un partido seudo ecologista, imagínese la propuesta de lo más falso que puede ser imponer a un tipo o tipa, sin trayectoria política, sin comprensión cabal de lo que significa ser senador, sin acreditar representatividad de los intereses de los sinaloenses, y aparte sin idea de lo que es el ecologismo político…. ¿cómo quieren que la gente se interese?
Bien dice mi amigo Aaron Sánchez, no hay quien represente a los sinaloenses.
Del lado opositor por allí la llevan, las decisiones provienen también de la mesa central, sin interés de conocer las necesidades reales y la forma precisa de resolución, la estrategia parlamentaria y los arreos necesarios para tener peso real y emoción a cuestas.
Nada de eso, no hay arreglos que valgan a los ciudadanos con los partidos, sus jefes no tienen tiempo para conocer la política en los estados, les vale, si quieren apoyar que lo hagan y si no, no importa la cúpula ya agarró hueso.
El penthouse de los comités nacionales son herederos naturales del famoso Marquéz de la Croix, quien por cierto, combatió rebeliones de los indios de Sinaloa y Sonora, en su mente parafrasean seguramente, el punto de que a los demás les toca el papel de obedecer y se acabó. Esa es la cultura pedestre, que impide que la democracia florezca y que la gente se sientan realmente representados y tomados en cuenta para tales encargos.
Lo de Sianloa es toda una tésis que refuerza el título del porqué fracasan las democracias, un partido, el PVEM ninguneado por los jefes de Morena locales, leáse el gobierno estatal, difícilmente va a poder impulsar una propuesta propia, porque seguramente lo forzarán a plegarse a los intereses de poder del aparato federal o estatal del régimen de tipo autocrático que padecemos. Y si traen a un Quirino Ordaz nuevamente disfrazado de ecologista, como se coló por obra del grupo Atalcomulco en las cúspide burocrática de Sinaloa, la cosa van de mal a peor.
Por eso los ciudadanos no le entran a apoyar las candidaturas que les interesen, porque no ven localmente gente a quien fiarle el voto. Imagínese que los que votaron por los priístas que ya se pasaron a Morena, nada pudieron hacer por impedir la rendición al poder, lo hicieron valiéndole gorro sus representados que ingenuamente creyeron que se mantendrían firmes en el hueso que les obsequió el voto con cero merecimientos, porque ninguno de ellos tienen acreditamiento en favor de Sinaloa.
Y se creen astutos, listillos, solo uno, Luis de la Rocha se mantuvo en la línea, los demás oyeron a Quirino, o al Dos del gobierno, esa es la equivocación de los políticos mexicanos que no le entienden que no entienden con que se come la democracia, creen que representan a los de la Croix huehuenches.