Raúl Flores Martínez.
El crimen organizado en el Estado de México decidió expandir sus territorios en los últimos meses del año, bajo la complicidad de autoridades de los tres niveles de gobierno, principalmente en la zona oriente.
De acuerdo con la Información Filtrada de la Secretaría de Seguridad del Estado de México en su informe mensual de su área de inteligencia, las células del Cártel de Tláhuac han conformado alianzas con las células de las organizaciones criminales denominadas “Los Peluches”, “Familia Michoacana”, “La Nueva Alianza” y “Los Gastones” para el control de la ruta de los estupefacientes en la ruta de Morelos a la capital del país.
La ruta para el trasiego de cocaína, marihuana y opio se fija desde la montaña alta de Guerrero, Morelos y parte del Estado de México para llegar directamente a la alcaldía de Tláhuac e Iztapalapa de acuerdo con el informe de las autoridades estatales de la entidad mexiquense.
La ruta preferida de los criminales es la carretera federal Tláhuac-Chalco, la cual conecta con la carretera Chalco-Amecameca-Cuautla, la cual no es vigilada por las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Los informes de las autoridades mexiquenses señalan que la oscuridad que la carretera Tláhuac-Chalco, es propicia para la distribución de estupefacientes de la ciudad de México hacia la zona oriente mexiquense entrando por el municipio de Valle de Chalco, considerado la puerta trasera de Chalco, Ixtapaluca y Los Reyes La Paz.
“La ruta Tláhuac-Chalco, solo es vigilada por una patrulla municipal en la entrada a Valle de Chalco, tres cambios de luces de camionetas después de la media noche, es la señal para el intercambio de paquetes a otras unidades que se desvían al interior del municipio y otros siguen su ruta a Chalco o brincan a Ixtapaluca”, señala el informe.
Las alianzas entre grupos criminales, y el vacío de seguridad en el municipio vallechalquense, ha generado un incrementó en casas de seguridad de secuestradores que son conocidas por las propias autoridades municipales, quienes pasan por su “ayuda” para no ver y escuchar nada.
Tan es conocido el actuar del crimen organizado en este municipio, qué el alcalde Armando García Méndez dejó de vivir en este municipio y cada vez que llega a trabajar, muy de vez en cuando, es trasladado con un equipo de seguridad que envidiaría el propio Obama con camionetas blindadas y elementos de seguridad, incluso para evitar contratiempos antes de su llegada los efectivos de tránsito cierran la vialidad de la avenida Alfredo del Mazo para que se traslade sin hacer alto.
Este politiquillo de pueblo emanado de Morena, se maneja a la vieja usanza priísta, resguardado de decenas de elementos de seguridad para evitar que sea asesinado, como su antecesor Francisco Tenorio Contreras, así se maneja porque sabe que ya está señalado por el crimen organizado por haber vendido la plaza a otro grupo criminal.
De acuerdo con la Información Filtrada del área de inteligencia de la policía del Estado de México, una organización criminal, ya le puso precio a su cabeza, esa organización criminal ha hecho de las suyas en la zona sur de la entidad mexiquense, dónde ha ejecutado a decenas de policías.
Mientras las amenazas pesan sobre la cabeza del alcalde, el municipio de Valle de Chalco bajo la complicidad de los tres niveles de gobierno se convirtió en la puerta de entrada del narcomenudeo para la zona oriente del Estado de México.