Francisco Garfias.
Otrora militaban en el PRI y combatían la Cuarta Transformación. Hoy se suman sin rubor al proyecto de Claudia Sheinbaum, candidata presidencial de la continuidad y favorita en las encuestas.
Entre los 28 chapulines –todos expriistas—hay dos ex gobernadores: Eruviel Ávila, Estado de México, y Alejandro Murat. Tres senadores: Jorge Carlos Ramírez Marín, Nuvia Mayorga y el propio Eruviel; un alcalde en funciones, Adrián Ruvalcaba, dirigentes estatales, secretarios.
Se presentaron como integrantes de la “Alianza Progresista” en apoyo de Sheinbaum.
Pero no vaya usted creer que el gesto tiene algo que ver con la búsqueda del hueso, el fuero o regresar a posiciones de poder. Todos dijeron, palabras más, palabras menos, que su prioridad es México.
Un argumento recurrente para justificar su cambio de postura es que el PRI se convirtió en “apéndice” del “partido de la derecha” (PAN).
No les gustó que Alito Moreo haya “entregado” la candidatura presidencial y la jefatura de gobierno de la CDMX a su adversario histórico.
El primero que confesó la afinidad de la Alianza Progresista con Sheinbaum fue Alejandro Murat:
“Encontramos simpatía por la propuesta que tiene proyecto y plan, la que propone la transformación de México: la de la doctora Claudia Sheinbaum”.
Este reportero es testigo de que algunos de ellos combatieron, desde sus posiciones, a la 4T. Les escuché encendidos discursos plagados de críticas a López Obrador.
Puedo entender las razones por las cuales ya no están en el PRI, pero me brinca que apoyen el proyecto de construcción “sin zigzagueos” del segundo piso de la transformación, como lo llama la candidata del oficialismo.
La 4T representa la demolición anunciada de las instituciones, los embates al Poder Judicial, los desacatos a sentencias de la Corte, los intentos por tener árbitros electorales a modo.
Pero también el pasmo del gobierno ante una violencia ciega que raya en el terrorismo; la desaparicion del Seguro Popular, la destrucción del Aereopuerto de Texcoco, las obras caras e inconclusas… si le sigo, se me acaba el espacio.
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En la rueda de prensa para presentar la Alianza Progresista les pregunté las razones por las cuales hoy apoyan lo que antes combatían. ¿No hay oportunismo? Cuestioné.
Jorge Carlos Ramírez Marín respondió: “No sólo no hay oportunismo. Hay sentido común de qué lado va a ser el que le de peores resultados al país si lograra sus objetivos. Eso es lo que estoy tratando de evitar.
“Así como nos escuchaste estar en contra de alguna de las tesis de la 4ª Transformación, de las acciones de la presidencia de la República, o de alguna de las dependencias del gobierno; también nos viste apoyarlos en los programas sociales para que se vuelvan constitucionales; la permanencia del Ejército en las calles para que no dejemos desamparados los estados a la suerte de policías infiltrados por el crimen organizado.
“Nos viste apoyarlos para la creación de una Guardia Nacional civil. Nos ves ahora ayudarlos a crear una comisión bilateral que efectivamente vigile y supervise el trabajo de las Fuerzas Armadas. Y estoy seguro que nunca nos viste ni adjetivarlos, ni denostarlos, ni insultarlos.”
Alejandro Murat: “Se trata de entrar a la vida pública para escribir nuevas páginas positivas. Eso es lo que debe de emocionar, lo que debe de motivarnos. Darle a cada uno de nuestros hijos la oportunidad de que cumplan sus sueños.
“Por eso estamos aquí. De manera incondicional. Nuestra pasión es México. Queremos que esos cambios que se llevan a cabo con rumbo sigan consolidándose para bien de todas y todos.”
Nuvia Mayorga:
“Hemos sido coherentes en los momentos de legislar, en los momentos en que no nos interesan los colores de los diferentes grupos parlamentarios.
“Han salido leyes a favor de las y los mexicanos como la Ley de Salud Mental; leyes a favor de las mujeres… Es lo que estamos haciendo ahora: el que le vaya bien a México.”
Adrian Ruvalcaba fue explícito:
“Sin duda no es oportunismo, porque hoy yo no soy el candidato a la jefatura de gobierno de la CDMX por trabajar de la mano con Claudia Sheinbaum. Es el único descalificativo que tuve de la Alianza por México.
“Les sacaba ronchas que juntos construyeramos una estación de bomberos, una estación de policía, y que transformáramos una alcaldía, que era un pueblito, en un centro financiero.
“Tan no hay oportunismo, que eso fue lo que me llevó a estar hoy en día aquí: construir junto con la doctora Claudia Sheinbaum, una alcaldía exitosa. Hemos logrado superar las barreras partidistas,” puntualizó.
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La Coalición Fuerza y Corazón, antes Frente Amplio por México, no vive su mejor momento. Algo falla. Huele a descomposición.
El perredistas Silvano Aureoles, ex gobernador Michoacán, se salió ayer del equipo de Xóchitl Gálvez. Alega que la candidata presidencial del PAN-PRI-PRD lo descalifica constantemente.
“En un acto de congruencia, he decidido no aceptar la encomienda que me hiciera en su equipo”, escribió el hasta ayer responsable del Desarrollo Sustentable.
Alguien que conoce bien a Xóchitl Gálvez y la relación que tiene con las dirigencias de los partidos que la apoyan, nos dijo en corto: “a ver si no les avienta el harpa.”
FIN.