Carlos Arturo Baños Lemoine.
Una vez más, los cuatroteístas se arrojaron al suelo para jugar el papel de “víctimas”; pero ya nos sabemos ese teatrito barato. Ahora, el pretexto se los dio la periodista y política opositora Beatriz Pagés, quien, para advertir sobre los peligros del continuismo dictatorial de la Cuarta “Transtornación” Mental, hizo publicar en la portada del semanario Siempre! una imagen en sombra de la judía Claudia Sheinbaum portando, en la cabeza, una banda adornada con suásticas nazis. ¡Huy, y que salen en masa los ofendidos morenistas aduciendo un “enorme agravio”, primero, a la depositaria del dedazo de AMLO, y, segundo, a las víctimas del Holocausto!
¡Vaya estupidez y vaya hipocresía!
Por supuesto que Beatriz Pagés salió a dar una justificación innecesaria: dentro del democrático y constitucional ejercicio periodístico, dicha publicación sólo quiso exponer un símil entre el régimen dogmático-totalitario del nazismo y el régimen dogmático-totalitario de la Cuarta “Transtornación” Mental. Así de fácil, así de sencillo. Pensamiento por analogía, se le llama, y es totalmente válido en términos lógicos, lingüísticos, epistemológicos y políticos.
Y por supuesto que la advertencia de Beatriz Pagés y de nuestros compañeros periodistas de la revista Siempre! tiene justificación y sustento: el (des)gobierno de AMLO y de sus esbirros ha ido mermando nuestras libertades democráticas, poco a poco pero sin detención. No se trata de una dictadura “clásica”, porque esta basura de régimen dictatorial no comenzó con un golpe de Estado sino con un proceso electoral legal y legítimo, tal como sucedió con la Alemania de Hitler.
Una vez en el poder gubernamental, el régimen de AMLO ha seguido el guion de la Alemania de Hitler: instituir la figura del Führer, desmontar las endebles instituciones democráticas, apelar a un concepto monolítico y mítico de “pueblo” (Volk), estatizar a la economía, acabar o someter a la iniciativa privada, corporativizar a la sociedad desde la cúpula gubernamental, crear y atacar enemigos imaginarios, manipular el hambre y el resentimiento de las masas, militarizar al régimen, acosar o ahogar a la prensa crítica, centralizar unipersonalmente las grandes decisiones gubernamentales, acabar con la republicana división de poderes, mermar (hasta exterminar) de manera ilegal e ilegítima a la oposición política, hacer de la comunicación social un ejercicio de propaganda, etc.
La analogía entre Hitler y la 4T es magnífica. La analogía entre el nazismo y la 4T es excelente. Sobran elementos, más aún si nos referimos a la posible sucesora presidencial de AMLO, o sea, a la feminazi Claudia Sheinbaum, quien ha mostrado simpatía por el genocidio intrauterino, o sea, por el aborto en cualquier momento de la preñez. No de balde, la judía Claudia Sheinbaum ha incorporado a su equipo al ex Ministro Arturo Zaldívar Lelo “Gonorrea”, promotor y defensor del exterminio en masa de personas no-natas.
¡Si alguien no ve la similitud entre Hitler y AMLO-Sheinbaum es imbécil o es cómplice!
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