¿Entienden los partidos políticos centrales lo que está en juego?

Jorge Miguel Ramírez Pérez

Jorge Miguel Ramírez Pérez.

Ayer se publicó en Culiacán un artículo muy interesante respecto a la centralización política de los procesos de designación de candidaturas de los partidos políticos, Aarón Sánchez el autor amigo mío, atinadamente muestra que lo que se está fraguando en las mesas de decisión tiene el sello de cerrar la puerta no solo a los ciudadanos que pensaban que las cosas marcharían por un camino novedoso, con nombres y aires verdaderamente surgidos de la sociedad civil o del empresariado, distintos de las burocracias centrales de los partidos políticos, sino la costumbre antidemocrática del centralismo se extendió a las dirigencias locales, los activos en el territorio, salen sobrando.

Como recordatorio un sistema central y verticalizado es propio de los autoritarismos que padecemos, mientras que la esencia de la democracia es horizontal y sustancialmente descentralizada. En pocas palabras la democracia no es lo suyo, sino todo lo contrario.

Por principio hace más de una semana los tres presidentes nacionales del PRI, del PAN y del PRD sorpresivamente llegaron a Culiacán, sin publicitar el propósito de la gira, que era para entronizar al dirigente del Partido Sinaloense, Héctor Melesio Cuen; evitando consulta alguna ni siquiera de pantalla, le ungieron prácticamente como si fuera el líder del Frente Amplio por México, en una perfecta burla a la convocatoria de hace meses de parte de los mismos partidos nacionales representados localmente y de los ciudadanos que estaban en el entendido constatado que Cuen, se la jugaba con el cuadro contrario. Hasta el final estuvo entregado en sumisión a la causa morenista en la persona de Adán Augusto López, personero de López Obrador.

El procedimiento desaseado vino acompañado de consignas no ventiladas públicamente, sino en la mecánica del rumor para deslizar que todo estaba decidido en la mesa central, sin juego de los sinaloenses. Peor que en los tiempos históricos del autoritarismo priísta. Se repitió la vejación a los estados, sin respetar lo que dijera el político Jesús reyes Heroles, que la forma es fondo.

Les valió, ellos se arreglaron con el PAS, que como partido local debió primero surgir de una alianza local con los partidos en Sinaloa, al tiempo de sopesar las opiniones de las organizaciones ciudadanas y del empresariado también local; para ratificar el acuerdo o no, con los partidos nacionales. Se pasaron las formas de la política, por el desprecio y la soberbia y ahora se ufanan que los 80 mil votos de Cuen, bien valen, aunque se distorsione la lucha democrática contra el régimen abusivo de Obrador y sus testaferros vernáculos, trocándola por una lucha de intereses de un cacicazgo con visos de enredarse como está, en procesos penales que desprestigien más, el fardo de mala fama de las burocracias partidistas que encabezan los tres líderes.

Mezclar un huevo podrido con otros buenos o aceptables, hacen incomible el platillo.

A Cuen en vez de darle un vacuo salvoconducto que no le va a servir y ofrecerle quien sabe que cargos y a cambio de qué, debieron ubicarlo en un posible distrito difícil para saber si sus votos todavía los tiene, y limitarlo a los objetivos del FAM no limitar al FAM a los objetivos de Cuen, como quedó planteado.

De pasada vienen las imposiciones con los nombres de siempre para integrar el Congreso federal y no se duda también el legislativo estatal y las alcaldías que son del pueblo como dijera sabiamente Ruiz Cortines. No

importa que se haya pedido encarecidamente que se evitaran esos cochupos, no sin amplios razonamientos. Porque aunque no les ha caído el veinte a los dirigentes nacionales, el sistema ya cambió, no totalmente como quisiéramos pero ya cambió lo suficiente. Mucha gente empieza abrir los ojos y se da cuenta de que los autoritarismos, de: “tú no te metas, eso déjanoslo a nosotros”, sea de Obrador o de la trinca infernal, produce disgusto y a muchos, vómito.

Y lo peor es que no saben de estrategia la susodicha tripleta de Moreno, Cortés y Zambrano, porque es más claro ahora, que hace unas horas, que el Movimiento Ciudadano, no tiene otro objetivo prioritario que el de sumar a sus diputados y senadores para conseguir la mayoría calificada y darle en la madre a México, con la serie de cambios constitucionales que van a hacer de este país un territorio del lumpen proletariat. ¿O no?

Pero no solo eso mi estimado lector, analice usted que las propuestas que han deslizado en los pasillos son de personas que no entienden la diferencia entre el senado o la cámara de diputados, como tampoco la entienden sus tres padrinos golosos.

De hecho, Sinaloa hasta este momento haga de cuenta que no tiene senadores. Porque por si nadie lo sabe el senado está para defender los derechos de las entidades federativas como punto distintivo de la doctrina política constitucional. Y en este gobierno, más que ninguno otro, nadie ha defendido a Sinaloa que ha sido despojado de sus recursos de la bolsa general participable. Todos los seudo senadores que cobran como tales, no tuvieron -porque Rocha Moya también lo fue-, ni tienen estrategia de combate; eso incluye a los del obradorato, y a Mario Zamora. Prefieren andar mendingando para que el ejecutivo les dé migajas de los fondos federalizados y poco hacen cuando el régimen les reduce impunemente lo del reparto pactado en el Convenio Fiscal. Así de claro.

Y de los diputados federales ni hablemos. Porque han sido los responsables del presupuesto; la más importante función legal en el entramado del sistema político financiero nacional, y dejaron que Obrador y sus cómplices de Hacienda, comenzando con Carlos Urzúa hasta Ramírez de la O, retiraran los fondos federalizados para concentrarlos en las manos del autócrata. A Sinaloa nadie lo defendió.

Ahora quieren ser senadores puros occisos en la defensa de los intereses precisos de Sinaloa. Enrique Inzunza un abogado que todo judicializa ineficazmente, que no le entiende a la política y que jamás ha emitido alguna remota defensa de los despojos financieros de parte del poder central o ésta fémina que quiere repetir, Imelda Castro, otra que cree que ser senador es activismo con influencias, no superó el nivel de grilla; porque como la mayoría de esa Cámara no le entienden a la armonía de los contrapesos constitucionales, igual que Raúl Elenes, andan vacacionando en la capital, haciendo amigos vagos.

Y de los opositores la que pintaba para ser una promesa Paloma Sánchez diputada plurinominal, hasta ahora se presenta desde las alturas catapultada por el PRI nacional, sin acreditar o esforzarse por relacionarse más allá de los actos acartonados típicos del viejo PRI. Suena Cuen también, para salirse con la suya aprovechándose de un mal entendido pragmatismo.

A ver como les va, sabemos que a Sinaloa con ellos, todos ellos igual de mal… no le entienden lo que se juega en esta elección del 2024. ¿O sí?

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