Raúl Flores Martínez.
No es un secreto que la creciente incorporación de mujeres a los grupos del crimen organizado en México tiene consecuencias de gran alcance en toda la sociedad, porqué se rompe una de las pirámides sociales.
De acuerdo con el estudio “Socias en el crimen: el ascenso de las mujeres en los grupos ilegales mexicanos”, realizado por Angelica Ospina Escobar, PhD Gender Fellow, International Crisis Group el reclutamiento sistemático de mujeres ha resultado en organizaciones criminales más fuertes y arraigadas en las comunidades donde operan.
Muchas luchan por desvincularse de estos grupos sin provocar represalias violentas. Dado que las mujeres mexicanas suelen desempeñar roles tradicionales como cuidadoras primarias, su participación también tiene un impacto multigeneracional, lo que termina con más mujeres encarceladas por sus vínculos con la delincuencia.
Algo que debe llamar la atención de las autoridades es que cuando las madres terminan tras las rejas, es más probable que sus hijos adopten una vida delictiva, especialmente cuando carecen de cuidadores alternativos; es ahí, cuándo el Estado debe de intervenir y no con becas o apoyos económicos, sino con un programa de reinserción social y psicológico.
También, se debe de estar muy atento con las integrantes del crimen organizado, debido a que las redes criminales también les ofrecen a las mujeres la posibilidad de vengarse, esto porque enfrentar altos niveles de violencia sexual, lo que lleva a que las jóvenes tienen pocas expectativas de obtener acceso a la justicia o algún tipo de reparación judicial por los delitos cometidos en su contra; sin embargo, la proximidad a los grupos criminales a través del consumo de drogas les da a las mujeres un medio para saldar viejas cuentas.
En otros casos, los hijos ven el estatus y los salarios que sus madres obtienen trabajando en organizaciones criminales y siguen sus pasos. Para evitar que las mujeres se enlisten en grupos criminales, y alentar a quienes ya están involucradas a que se salgan, será necesario comprender cómo se recluta a las mujeres y los desafíos que enfrentan cuando intentan establecer una vida fuera del crimen.
Este estudio bien realizado exhibe una falta de estrategia de reinserción social, de programas sociales para evitar que mujeres y hombres sean parte de las organizaciones criminales, qué les dan cobijo, protección a quienes han sido olvidados por la sociedad y el gobierno federal.
