Marissa Rivera.
La indiferencia de los jóvenes marcará la elección presidencial del 2024.
Ni a ellos les interesa, ni los precandidatos los motivan.
Las precampañas no tienen, por el momento, ningún valor agregado. Son más de lo mismo.
Los precandidatos caminan entre sus partidarios con el manual bajo el brazo, sin propuestas atractivas, disruptivas, que promuevan algo novedoso que atraiga a los jóvenes, o por lo menos les provoque curiosidad.
Hay quienes aprovechan la precampaña, muy lejana al día de las elecciones, para inundar en los medios, la sensación de que todo está resuelto.
Abusan del poder y se acomodan en la hamaca, creyéndoselo ellos mismos, de que todo está planchado, para desmotivar a los simpatizantes del otro frente.
No, nada esta dicho. Las encuestas no votan. No han entendido. La elección es impredecible. Una mentira repetida un millón de veces jamás será una verdad.
Por un lado, no existe un solo lugar donde no se hable de la inconformidad frente a esta administración.
Las amas de casa, los trabajadores, los campesinos, los empresarios, las madres solteras, los padres de hijos desaparecidos, los padres de niños con cáncer, los enfermos que ven las medicinas inalcanzables, por mencionar algunos.
Y por el otro, los que todo celebran, todo festejan, aunque no haya nada que celebrar ni festejar.
Todos los beneficiarios de los 15 programas sociales a los que el gobierno federal les ha dado prioridad. Y a los que en el 2024 se les incrementó un 25 por ciento en el presupuesto. De manera que tendrán 741 mil 450 millones de pesos, para gastar.
En medio de esa polarización, se asoma la guerra sucia de los partidos políticos que se desproporciona en época electoral.
Las redes sociales son el canal perfecto para desacreditar al adversario. Justamente en las plataformas que los jóvenes utilizan para informarse.
Ahí, se enteran primero del chisme, de lo negativo de los personajes, de su pasado y hasta de lo que pensaron que jamás iba a trascender.
Más allá de la apatía juvenil por la política, los jóvenes no verifican la información y dan por buenas las “fake news”.
Incluso hay quienes aprovechan la inteligencia artificial para denostar al otro o para escurrirse de haber sido grabados en una llamada o en un mensaje de voz. La inteligencia artificial les cayó como anillo al dedo para tener a quien culpar.
Hoy, a 11 días de iniciada la precampaña, no existe el mínimo intento de los precandidatos para atraer a los jóvenes, sacudirlos, invitarlos a ser parte de la mayor elección que vivirá México. Explicarles, que ellos serán quienes definan el rumbo del país, por acción o por omisión.
Según el padrón electoral al corte del 23 de noviembre de 2023 están inscritos 99 millones 316 mil 749 personas.
De las cuales alrededor de 37 millones son jóvenes de 18 a 34 años.
Además, 15 millones de jóvenes tendrán la oportunidad de votar por primera vez en las elecciones del 2024.
No por nada, los políticos crearon sus cuentas de Tiktok para darse a conocer a la juventud. La red social que más ha crecido en el mundo como fuente de información entre los jóvenes de 18 a 24 años.
También hay que reconocer, que pocos, pero hay jóvenes muy inquietos, muy talentosos y participativos en las redes sociales, como Gerardo Vera o Miguel de Samaniego, por mencionar algunos.
El papel de los jóvenes es crucial para el futuro de México. Alguien tiene que explicarles que en sus manos está el cambio o la continuidad.
- viernes 22 noviembre, 2024 || 1:00 am