Raúl Flores Martínez.
La ratificación de la Fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy ha generado una serie de conflictos entre colectivos feministas que apoyan o desaprueban su gestión, sobre todo una gestión de claroscuros.
Una gestión donde se habla de grandes investigaciones, investigaciones que no fueron realizadas por los grandes investigadores de la dependencia, sino por una célula de elementos de inteligencia de la Armada de México que, por instrucción Presidencial, les hacen la tarea a los inoperantes policías de investigación.
Cuál es el éxito que debe de tener Ernestina Godoy para ser ratificada cómo fiscal general, si las desapariciones se siguen dando al igual que los feminicidios, al igual los robos y esas denuncias que se van al archivo muerto de la Fiscalía.
La guerra que se tiene entre los colectivos feministas tiene una razón de ser. No son atendidas de la misma manera, quizá sea favoritismo, quizá sean distintos casos, incluso para decirlo de manera directa, hay colectivos dónde están algunas personas que están tipificadas como defraudadoras o defienden lo indefendible.
Hay un grupo que va creciendo que son familiares de hombres que fueron sentenciados por los jueces con las pruebas contundentes que probaron la violencia qué le ejercían a sus parejas, claro esa violencia que esos hombres aprendieron en el seno familiar.
El Colectivo Nacional Mujeres por La Igualdad qué está integrado por familiares de personas sentenciadas, entre ellas María de los Ángeles Guerrero, quién en una ocasión me habló para amenazarme por difundir una noticia de su pareja sentimental Enrique Pérez Moctezuma quién fue sentenciado a 9 años de prisión.
Ya después escribiré sobre este colectivo, colectivo que está detrás de otros que no quieren la ratificación de la Fiscal Ernestina Godoy, no la quieren por la simple razón de que le aplicó la ley de los agresores de las víctimas que se atrevieron a denunciar.
Estos conflictos se vendrán dando en las próximas semanas, conflictos y confrontaciones entre los distintos grupos feministas que piden más seguridad y qué sean más estrictos los procesos contra los hombres violentos, al igual quienes buscan que no se castiguen a esos violentos que han criado desde el seno del hogar.