Por. José C. Serrano
Tradicionalmente la educación se entendía como tres ciclos inconexos, se partía de la educación preescolar, primaria y secundaria como el ciclo de educación básica que se cumple en doce años, después la media superior en tres años y, finalmente, a nivel superior con diversas opciones hasta cinco años.
La trayectoria de preescolar a superior, revela abandono en cada transición de nivel. De cada 100 niñas y niños que entran a primaria, ocho no terminan y sólo 88 se registran en secundaria; 70 ingresan al nivel medio superior, terminan 45 y acceden a licenciatura sólo 34, terminan estudios 24.
El abandono en los diferentes niveles educativos ocurre por múltiples razones: socioeconómicas, familiares, violencia y porque la escuela no satisface ni ofrece expectativas de futuro a los educandos. Concluir el trayecto hasta el nivel superior es difícil ya que la escuela no representa opciones de vida para todas y todos.
Un propósito de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) es el compromiso por brindar aprendizajes significativos. Las mediciones de diversos instrumentos aplicados en educación básica y media superior muestran que existe un rezago histórico en mejorar el conocimiento, las capacidades y habilidades de los educandos en áreas fundamentales como la comunicación, las matemáticas y las ciencias.
A las y los jóvenes egresados les cuesta mucho incorporarse a un trabajo, algunos por la baja calidad de su educación, pero a otros, porque la economía y la sociedad no abren los espacios suficientes para la realización de su vida. Las autoridades educativas perdieron el horizonte de la relación indispensable entre educación y desarrollo social.
Ante esta realidad, y el fallido intento de aplicar un modelo educativo en el que se asumía al profesor como el culpable de las deficiencias, con contenidos irrelevantes para la educación, se hizo necesario emprender la reforma de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en los artículos 3°. 31 y 73.
Así, la NEM es la institución del Estado responsable de la realización del derecho a la educación en todo el trayecto de 0 a 23 años de edad. Esta institución tiene como centro la formación integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes y su objetivo es promover el aprendizaje significativo, inclusivo, pluricultural, colaborativo y equitativo a lo largo del trayecto de su formación.
La educación así concebida debe ser para toda la vida (non discimus scholae sed vitae) dirían los antiguos latinos, porque una vez concluido el ciclo escolar formal hasta la incorporación a la vida productiva, desde la NEM se ofrecerá para todas las edades, actualización, profesionalización, aprendizaje de los avances en el conocimiento y certificación de competencias para las nuevas formas de producción y de servicios.
Los siguientes son los principios en que se fundamenta la NEM:
Fomento de la identidad con México, Responsabilidad ciudadana, Honestidad, Respeto a la dignidad humana, Promoción de la interculturalidad.
En la NEM el docente es el actor fundamental para el logro de aprendizajes de sus educandos, por lo que basa su labor en la realidad de su salón de clase; reconoce su incidencia en el ámbito local y comunitario y está al tanto de los principales temas y debates que conciernen a su práctica.
Profesores de este calibre no requieren ser tutelados por representantes de sindicatos charros ni de funcionarios designados por dedazo, para acrisolar la noble utopía.