Raúl Flores Martínez.
El creciente accionar del crimen organizado en todo el país, trae consigo grandes oleadas de inseguridad generada por los constantes enfrentamientos, también trae consigo graves problemas sociales y de salud pública, cómo el consumo de estupefacientes; sin embargo, pocos se enfocan en una problemática que día con día va creciendo y es el secuestro masivo de personas de distintas edades.
Este secuestro masivo es para una sola cosa, el trabajo forzado o mejor dicho la esclavitud en diversos escenarios que van desde la prostitución forzada hasta el trabajo forzado en laboratorios o campos de marihuana o amapola.
Hace unos días en la tranquila Zacatecas, esa Zacatecas gobernada por el inútil de David Monreal, esa Zacatecas de bandera morenista, ahí descubrieron un campamento de crimen organizado en el que se rescató a 15 personas, hombres, mujeres, niños, que estaban secuestradas desde hace semanas.
De acuerdo con la Información Filtrada, los malandros tenían bajo amenaza a atletas, ex funcionarios, dirigentes sindicales. Todos, además de estar secuestrados y de pedir rescate a sus familias, estaban obligados a hacer trabajos forzados, esclavizados: tenían que construir infraestructura para sus captores, desde cabañas hasta bases de cemento, desde zanjas para retenes, hasta cocinarles.
De acuerdo con mi maestro y amigo, Jorge Fernández Menéndez, los secuestrados son obligados diversas acciones a favor del crimen organizado, cómo son el halconeo, forzarlos a la matar o torturar a los contras de las células criminales o entre ellos mismo, como una forma de diversión que en algunas ocasiones se venden los videos en el llamado internet negro.
Algo similar pasan con las mujeres en diversos estados del país, dónde la creciente desaparición tiene un fin, el fin del comercio sexual, el fin de la esclavitud moderna; sobre todo el fin de que las mujeres sean consideradas nada más como un producto que se puede comercializar.
Zacatecas, Michoacán, Guerrero, Chiapas, Oaxaca y varios estados más del país que es cooptado por el crimen organizado, tiene las mismas similitudes de seguridad, la misma estrategia que casualmente, no tienen para darle paso y fuerza a los delincuentes.
Cuántas veces se ha llegado a pensar que los secuestros masivos, son casos aislados: sin embargo no es así, muchas de las desapariciones, como la de los seis jóvenes de jalisco, son una prueba de que los criminales están sueltos o bajo la protección de la impunidad que les dan las propias autoridades o gobernantes en turno.