Mexico.-Te contamos sobre el milagro de San Francisco de Asís que lo hace un santo poderoso hoy 4 de octubre.
Este miércoles 4 de octubre se conmemora el santoral de San Francisco de Asís.
Figura religiosa trascendental en la fe católica por ser fundador de la Orden Franciscana, San Francisco de Asís destaca por su vida austera tras renunciar a sus posesiones.
San Francisco de Asís es conocido por sus milagros. La Iglesia ha reconocido más de cuarenta prodigios realizados por este santo.
Quizá el milagro más importante de San Francisco de Asís es la sanación del leproso.
Se cuenta que el santo lavó la piel de un hombre con lepra. Además, rezó para que el demonio dejara de atormentar a esa alma.
La piel del leproso comenzó a sanar. Al darse cuenta del prodigio, el hombre curado por San Francisco de Asís se arrepintió de sus pecados y se reconcilió con Dios.
En Real de Catorce, en el estado de San Luis Potosí, del 1 al 5 de octubre, miles de feligreses celebran a San Francisco de Asís, a quien llaman “el charrito milagroso”.
Se realizan procesiones en su honor y se coloca la efigie del santo en la Parroquia de la Purísima Concepción, donde llegan cientos de creyentes a agradecer los milagros.
De acuerdo con los habitantes de Real de Catorce, San Francisco de Asís es reconocido por recorrer el pueblo con el objetivo de ayudar a los menos desamparados.
De igual manera, a San Francisco de Asís se le reconoce por separar a todos los borrachos que se encuentren teniendo una riña.
Incluso, se le atribuye a Francisco de Asís que ayudó a un niño que se perdió en el desierto.
Te compartimos una oración poderosa para San Francisco de Asís y lo recuerdes hoy miércoles 4 de octubre:
Oh, Señor, hazme un instrumento de tu paz
Donde haya odio, siembre yo amor
Donde haya ofensa, que lleve yo el perdón
Donde haya discordia, que lleve yo la unión
Donde haya duda, fe
Donde haya error, que lleve yo la verdad
Donde haya sombras, luz
Donde haya tristeza, alegría
Oh, divino maestro, haz que yo no busque ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, sino amar.
Porque dando es como recibimos,
perdonando, es como tu nos perdonas
Y muriendo en ti, es como nacemos a la vida eterna
Amén
ORACIÓN A SAN FRANCISCO DE ASÍS
Por Eduardo Carrasco