Rusia comenzó hoy el segundo llamamiento de 2023 al servicio militar obligatorio en el que planea incorporar a filas a 130.000 ciudadanos de entre 18 y 27 años y que por primera vez incluye las anexionadas regiones ucranianas de Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk.
Junto con el comienzo de la campaña de llamada a filas, que se prolongará hasta el 31 de diciembre próximo, entró el vigor una ley que multiplicó por diez, hasta 30.000 rublos (poco más de 300 dólares), la multa por no presentarse en las oficinas de alistamiento.
Las autoridades rusas han asegurado que los reclutas no serán enviados a la zona de acciones militares en Ucrania ni a unidades emplazadas en las “nuevas regiones”, como se denomina en Rusia a las anexionadas hace un año Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk, pese a no controlar la totalidad de sus territorios.
El contraalmirante Vladímir Tsimlianski, jefe de Organización y Movilización del Estado Mayor General ruso, afirmó este viernes que el número de “voluntarios para participar en la operación militar especial (la guerra en Ucrania) es suficiente para cumplir las tareas encomendadas”.
Según el marino, el alto mando no tiene planes de “acciones adicionales de movilización” para la campaña militar en Ucrania.
EFE