Rubén Cortés.
Fue abusiva la promesa a los padres, de que los 43 de Ayotzinapa iban a regresar. La única verdad es que fueron secuestrados, asesinados, incinerados y arrojados al río San Juan, por Guerreros Unidos, al señalarlos como miembros de Los Rojos.
Por eso, tiene razón hoy el abogado de los padres, al quejarse de que la versión de este gobierno es similar a la del gobierno anterior, conocida como “Verdad Histórica”: que el cártel Guerreros Unidos asesinó a los jóvenes de la manera más cruel y sangrienta.
Tiene razón al quejarse porque, quienes integran el actual gobierno, lucraron política y electoralmente con el Caso Iguala, y usaron al abogado y a los familiares de los estudiantes, prometiéndoles que “vivos se los llevaron y vivos los tendrían”.
Sí, quienes gobiernan hoy ideologizaron de manera artera el Caso Iguala, con un éxito de comunicación política abrumador, desde llamarle “Caso Ayotzinapa”, aunque el hecho fue en Iguala; hasta hacer creer que los 43 estudiantes seguían con vida.
Para llegar a la “Verdad Histórica”, trabajaron durante la pasada administración cientos de policías, agentes, científicos, profesionales de prestigiosas universidades y centros de investigación de México y el extranjero.
Y confesaron Felipe Rodríguez Salgado, de Guerreros Unidos y ejecutor directo; Patricio Reyes, Jonathan Osorio y Agustín García, también participantes en el crimen; así como 142 implicados más, 77 de los cuales fueron liberados por el gobierno actual.
Mediante el método más avanzado que existe: extracción de ADN mitocondrial, el mejor laboratorio del mundo, el de la Universidad de Innsbruck, identificó como correspondientes a normalistas, restos encontrados en el basurero de Cocula.
Un centenar de peritos, el Instituto de Biología de la UNAM, el Imperial College de Londres y la Oficina Forense de Norfolk dieron certeza a las investigaciones, acerca de que la mayoría de los cuerpos fueron quemados en el basurero de Cocula.
En cambio, quienes hoy gobiernan, ideologizaron el caso, tiraron la “Verdad Histórica”, basados en el estudio de un ingeniero civil que consideró que en el basurero de Cocula no había “ninguna evidencia de que allí se pudiera incinerar inclusive un solo cuerpo”.
Desde la oposición, quienes gobiernan hoy (y los padres) le creyeron más a este ingeniero que al Grupo Colegiado de Expertos sobre Fuego, que concluyó que en el basurero fueron incineradas al menos 17 personas en un incendio de grandes dimensiones.
Todos ellos convirtieron un colosal drama humano, en una farsa política que este martes cumple nueve años, con los padres de los jóvenes insatisfechos, manipulados y engañados, aunque la verdad sigue siendo la misma: a sus hijos los mató el narco.
Sin embargo, tampoco juguemos con las palabras: en los padres se dejaron engañar, manipular.
Y hoy están molestos.
