Rubén Cortés.
Por primera vez en 33 años de instituciones electorales autónomas, una autoridad de un organismo local pone riesgo el resultado de unos comicios: los de Oaxaca en 2024, ya que Elizabeth Sánchez extravió 20 millones de pesos del OPLE.
La elección presidencial, de diputados y senadores federales, 153 ayuntamientos y 42 diputados del Congreso local, están en entredicho, pues el INE tiene suspendida a Elizabeth Sánchez, como titular del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana.
O sea, esos 20 millones de pesos que no aparecen, y tienen en capilla ardiente a Elizabeth Sánchez, han creado una crisis de credibilidad en el instituto electoral de un estado como Oaxaca, que tiene un padrón electoral de tres millones 100 mil votantes.
Esos 20 millones de pesos, que hasta hoy figuran como “desviados”, se relacionan con adquisiciones sin documentación, y violentan la normatividad presupuestal y financiera del estado. Resumen: Elizabeth Sánchez hizo sus propias reglas, y a modo.
Por tratarse de dinero público, proveniente de las finanzas del gobierno del estado de Oaxaca, las adquisiciones que hizo Elizabeth Sánchez tuvieron que regirse a través de la Ley de Adquisiciones del Estado y del Presupuesto de Egresos del Congreso de Oaxaca.
Sin embargo, Elizabeth Sánchez compró lo que quiso a la “viva Oaxaca”, por lo que el gobierno del Estado considera que, en su carácter de servidora pública, ella representa un riesgo inminente y, además, viola la Ley General de Responsabilidades Administrativas.
Elizabeth Sánchez tiene en un predicamento a Guadalupe Taddei, presidenta consejera del INE, pues a los consejeros estatales los nombra o remueve el INE (artículo 44, párrafo 1, inciso G, Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales).
Guadalupe Taddei no puede obviar los señalamientos que documenta contra Sánchez el gobierno de Oaxaca, sobre todo en medio de las costosas campañas anticipadas de las corcholatas del presidente, y hasta la del Frente Amplio.
Ajá, porque, mientras Guadalupe Taddei está pidiendo para el INE 27 mil 300 millones de pesos en el Presupuesto Federal para 2024; resulta que la presidenta del instituto electoral local de Oaxaca hace perdedizos 20 millones de pesos.
Pues más razón tendrá el presidente en su necedad de considerar “excesivos” los 27 mil millones de pesos que solicita la consejera presidenta; y que el mandatario insiste en reducir a apenas 10 mil millones de pesos.
Si no elimina la mancha de Oaxaca, a Guadalupe Taddei se le ensuciará a su vez el paquete que le espera en 2024: la más grande elección en la historia, con 98 millones de mexicanos en 170 mil casillas para renovar más de 21 mil cargos de elección popular.
De nada valdría, si siguen extraviados 20 millones en Oaxaca.
Se llama credibilidad.