Francisco Garfias.
Se consumó el dedazo disfrazado de encuestas. Claudia Sheinbaum será la candidata de la coalición Morena-PT-Verde en 2024. Así estaba diseñado y así ocurrió.
Un triunfo desdibujado por la ausencia de Marcelo Ebrard en la “foto de la unidad”. Una imagen incompleta que no presagia nada bueno.
Las otras cuatro corcholatas sí le levantaron el brazo a Claudia y le ofrecieron su respaldo.
Las “irregularidades” qué, según Ebrard, alteraron el resultado; y los oídos sordos de la dirigencia nacional de Morena a sus reclamos, alejaron al ex canciller del WTC.
Hay versiones de que trataron de negociar con él su regreso al evento. Pero Marcelo puso como condición un imposible: que se repusiera todo el proceso. No cedieron y está con un pie fuera de Morena.
Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional del guinda, dio a conocer los resultados alrededor de las 19 horas.
Ya encarrerado, el gobernador de Sonora descalificó la queja de Marcelo: “Las eventualidades registradas no modifican los resultados.”
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Claudia entró al salón del WTC con una sonrisa de oreja a oreja. Su expresión era de triunfadora.
Minutos después fue proclamada coordinadora de los comités de defensa de la 4T, luego de que Durazo abriera el sobre con los resultados que, supuestamente, nadie conocía.
De las cinco encuestas que se realizaron –una de Morena y otras cuatro de empresas privadas– la exjefa de gobierno ganó las cinco, con un promedio de 39. 4 por ciento en las preferencias.
En segundo lugar quedó Marcelo, con un 25.8 por ciento promedio; Adán Augusto fue tercero, con un 11.2 por ciento; Noroña cuarto, con 10.6 por ciento; Manuel Velasco quinto, con 7.1 por ciento; y Ricardo Monreal sexto, con 5.9 por ciento.
De acuerdo a lo pactado por las corcholatas al inicio del proceso interno –el presidente López Obrador fue testigo de calidad de ese acuerdo– a Marcelo le correspondería la coordinación de la bancada de Morena en el Senado, en la próxima legislatura.
Nada más incierto. Marcelo no reconoció el triunfo de Claudia. Los señalamientos de “irregularidades graves” cometidas en el proceso se lo impidieron.
No sólo eso. Estaba indignado por el trato que en el WTC recibió la senadora Malú Micher, su representante a lo largo de la campaña interna, y otras cuatro personas de su equipo, cuando se dirigían al conteo de las boletas. No los dejaron pasar, a pesar de que llevaban sus respectivos gafetes.
La senadora marcelista llegó golpeada a una tumultuosa rueda de prensa, celebrada en un hotel vecino al WTC. Allí narró lo que les había sucedido.
El excanciller subió un mensaje a X, antes twitter, el qué sintetizó lo ocurrido:
“Malú Micher fue golpeada por la policía de la CDMX sólo por querer pasar a acreditar a nuestra representación en el conteo, ella es orgullo de nuestro movimiento !!! Repudiamos el uso de la fuerza en su contra, jamás pensé vivir algo así en mi propio partido.”
Ya encarrerado, Ebrard calificó de ”cobardes” a Mario Delgado, presidente de Morena; y a Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional del guinda.
El tono era de ruptura.
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Si Marcelo abandona Morena, lo que no estaba en el guión, Adán Augusto, tercer lugar en las encuestas, quedaría como jefe de la Bancada de Morena en el Senado. Ricardo Monreal pasaría a la coordinación del grupo guinda en la Cámara de Diputados.
Noroña y Velasco son del PT y el PVEM respectivamente. No están habilitados para encabezar las bancadas guindas en el Congreso.
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El evento en el que se dieron a conocer los resultados estaba programado para las 18 horas locales. Empezó una hora tarde. Pasadas las siete de la noche por fin se subieron corcholatas y los dirigentes al improvisado templete.
Un enorme slogan, pintado en el muro principal del salón donde se realizó el evento, parecía burlarse de la situación que se vivía en Morena. Se leía: “Unidos por la Transformación.”
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Desde el momento en que entraron al mencionado salón, las caras de las corcholatas evidenciaban el resultado.
Adán Augusto y Monreal se veían muy serios. Manuel Velasco estaba contento. Le fue bien en el “aplausómetro.”
Noroña, más tranquilo que de costumbre, no se aguantó las ganas de darle un rozón Marcelo, no sin antes lamentar su ausencia. “Quien rompa por ambición se lo va a chupar la bruja” dijo, mordaz.
Monreal fue el único que mencionó con respeto el nombre de Marcelo. “No actuemos de manera facciosa y llamemos a todos para que todos podamos construir la victoria…Que no nos gane la arrogancia”, dijo.
En su turno, Adán Augusto presumió: “hemos dado una nueva lección de democracia. El presidente tenía razón, el pueblo decidió.”
Noroña reconoció: “no fue mi momento” y Velasco se dijo convencido de que fue un proceso transparente.
Claudia cerró las intervenciones de las corcholatas. No mencionó a Marcelo, pero dijo: “La unidad es fundamental. Las puertas están abiertas y nunca se van a cerrar.”
¿Y saben cómo terminó el evento? Con la consigna: “¡Es un honor estar con Obrador!”
FIN.