Carlos Arturo Baños Lemoine.
Se acercan los tiempos de la encuesta amañada que definirá al sucesor oficial del Tirano de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), al frente de ese gran fenómeno político (que no por grande deja de ser endeble y vulnerable) llamado Cuarta “Transtornación” Mental.
Hasta hace poco, todos pensaban que Claudia Sheinbaum iba a recibir la estafeta por parte de AMLO, pero la dinámica política ha cambiado: Claudia no la tiene segura ante el trepidante ascenso del “hermano político” de AMLO, Adán Augusto López.
El mismo AMLO supo, desde un inicio, que Claudia Sheinbaum no la tenía fácil ante dos grandes tiburones de la política mexicana: Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. A Gerardo Fernández Noroña ni lo cuenten, por favor: se trata de un pobre comunista pordiosero que sólo aspira a cenar carne roja con pasta enmantequillada y un poco de vino tinto alternado con agua mineral de marca. Fernández Noroña es un pobre pordiosero comunista con gustos burgueses, fácilmente domesticable.
Marcelo y Ricardo sí son dos tipos de cuidado, porque son ambiciosos zorros pulgosos que conocen muy bien las tripas del sistema político mexicano. Los dos pasaron del “Priato” a la “apertura democrática”. Por eso AMLO supo que Claudia Sheinbaum tenía una gran desventaja frente a esos dos rapaces oportunistas.
En consecuencia, AMLO lanzó a la palestra político-electoral a su “hermano político” Adán Augusto López. A AMLO y a Adán Augusto los conozco muy bien desde que los tres asumimos, estúpidamente, los mitos de la “opción preferencial por los pobres” y de la “teología indígena”. Sí, los tres formamos parte de la Teología de la Liberación de los años setenta, ochenta y noventa. Y esto no lo entienden ni Claudia, ni Marcelo, ni Ricardo.
¡Por eso Adán Augusto López ha tomado una gran ventaja a últimas fechas!
Sí les aseguro, mis amigos, que el tiro es entre Claudia y Adán Augusto. No de balde, Marcelito ha comenzado a dar patadas de ahogado, haciéndose la víctima de “delitos electorales” y de “deslealtades políticas” que bien se le pueden imputar a él mismo. Como el vil y vulgar zorro de la política que es, Marcelo Ebrard busca hacerse “la víctima” para comenzar a armar una “tercera vía electoral” en conjunto con Movimiento Ciudadano y con todos los defenestrados políticos de nuestros tiempos: Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Lilly Téllez, Silvano Aureoles, Miguel Ángel Mancera y todos los que se sumen esta semana.
La política mexicana, mis estimados amigos, es un estofado de mierda… ¡sólo elijan su plato y sus cubiertos, porque el guisado es el mismo para todos!
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